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“El escuadrón suicida” (2021): haciendo el trabajo sucio

Actualizado: 4 jul 2023

La nueva entrega del universo extendido DC está dirigida por James Gunn, quien apuesta por humanizar a sus villanos. La película se estrenó recientemente en salas de cine peruanas.


Por Alejandro Nuñez Alberca CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

“El escuadrón suicida” (2021)
“El escuadrón suicida” (2021)

No existe género audiovisual que no sea una convención. Por más saturado que se encuentre, parece encontrar lugar para propuestas diferentes, o al menos que intenten ser diferentes. Con todo, hay una distancia segura entre lo novedoso y lo renovador. Lo primero se puede decir de la nueva versión de El escuadrón suicida (The Suicide Squad, 2021), luego de un primer intento fallido allá por el 2016.


Es la segunda vez en el año que los personajes de DC tienen una segunda oportunidad, no sin borrar el pasado o hacer de cuenta que la primera no fue la vencida. James Gunn toma lo que puede de la película mutilada de Warner Bros. (ni siquiera de David Ayer) y lo incorpora con su célebre estilo visual y sonoro a una narrativa que, además de tener coherencia, busca darle a cada personaje una cierta profundidad. Que el lenguaje audiovisual de Gunn esté o no sobrevaluado no es algo que nos competa decir, tampoco creo que sea suficiente para salvar o condenar una película. Lo cierto es que el director de Marvel elige con cuidado y no da a ningún personaje por sentado.


Algo que notará el espectador, sea o no fanático de estos personajes, es la presencia recurrente del director a lo largo del filme. Más allá de la banda sonora, el director exhibe su poder a través de intertítulos, grandes marquesinas imaginarias por encima de la cabeza de los personajes, como si el narrar fuera más importante que lo narrado. Por suerte, no se descuida ni lo uno ni lo otro. En medio de los saltos en el tiempo y la alternancia del montaje encontramos una historia sangrienta movida por su elenco. El ritmo es prudente y le da a cada uno de los personajes un espacio para explayarse, ya sea por medio de palabras (demasiadas palabras, quizá) o decisiones y gestos igual de potentes.

“El escuadrón suicida” (2021)
“El escuadrón suicida” (2021)

La verdad es que el nuevo equipo de Amanda Waller tiene todo lo necesario para ser un fracaso, desde miembros que no se soportan hasta una lucha continua de egos e inseguridades. Pese a todo, la cámara se aferra al hecho de que, contrario a la opinión de Waller, lo que tiene entre sus manos no son objetos sino personas íntegras. Seguir órdenes al pie de la letra, reducirse a ser un peón más de un gobierno que en cualquier instante les dará la espalda, condena a muerte a más de un personaje. Curiosamente los que se resisten a las órdenes de Waller son los que llegan más lejos, incluso si son apoyados por la suerte o alguno que otro “accidente feliz” del guion.


Más de uno parece haberse sorprendido por la madurez y seriedad con las que se desarrollan algunas escenas, especialmente luego de haber vendido la película como un festival de sangre, estilismo y cameos hiperglorificados. No es para menos: el filme encuentra un justo balance y llega a ofrecer escenas emotivas en medio del sarcasmo y la violencia. Es ahí donde sale a brillar la complejidad afectiva de personajes que en manos de otro director no pasarían de ser un rezago de una cultura de masas extinta hace 40 años. Más allá de lo lúdico, Gunn sabe extraer el lado humano de todos sus personajes, incluso si no son humanos, incluso si vienen de otra galaxia y tienen un tiempo en escena bastante breve.


El escuadrón suicida no es solamente el frenesí de humor y visceralidad que nos vendieron por meses, si bien tiene una fuerte dosis de ambos. Tampoco reniega del fracaso de su anterior versión: avanza en una línea distinta, confiada y satisfecha con intercalar vulgaridad y violencia con un hilo narrativo que tenga sentido, al punto de hacernos empatizar con una banda de criminales.



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