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“NOP” (2022): el espectáculo volante

Actualizado: 23 jun 2023

El más reciente filme de Jordan Peele, director de ¡Huye! y Nosotros, combina la ciencia ficción, el terror y tintes del wéstern. Es una exploración de la naturaleza del espectáculo y de su precio humano.


Por Hitoshi Isa Kohatsu CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

“NOP” (2022). Fuente: GATOPARDO
“NOP” (2022). Fuente: GATOPARDO

OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald (Keke Palmer) son los herederos de un negocio que renta caballos a producciones de Hollywood. Ricky (Steven Yeun) es la exestrella infantil de una sitcom que terminó tras un incidente con un chimpancé, y que ahora es el dueño de un rancho temático. Ángel (Brandon Perea) es un empleado de una tienda de electrodomésticos obsesionado con teorías conspirativas sobre alienígenas -como las que uno encuentra en History Channel-. La trama que enlaza a estos personajes comienza con las apariciones de lo que parece ser un platillo volador. Tal descubrimiento lleva a una búsqueda por capturar a este extraño visitante en cámara, ya sea por fama, dinero o por el deseo de filmar lo imposible.


“Espectáculo” es una palabra que se escucha constantemente en el largometraje. Trata, después de todo, y en parte, de las personas que terminan obsesionadas por tratar de producir algo que atraiga la atención de una audiencia masiva. Esta dinámica se filtra a través de diferentes formas de la cultura kitsch estadounidense: observación de ovnis, shows de vaqueros, parques temáticos, comedias de situación, y el imperio de Hollywood. Estas son exploradas como eventos que no dejan de acaparar la atención, pero a la vez entendidos como los orígenes de ansiedades familiares.

“NOP” (2022). Fuente: The Scariest Things
“NOP” (2022). Fuente: The Scariest Things

Las anteriores películas de Jordan Peele contenían un comentario social filtrado a través de tropos de horror. NOP sigue esta línea. La película no escatima en su deconstrucción de la persecución de la fama, y de la explotación que muchas veces termina acompañando la producción de entretenimiento, lo que explica cómo aquella idiosincrasia puede resultar fatal. El “platillo volador” es una especie de metáfora para ese tipo de comportamiento, pero aun en esta crítica, la película termina siendo una especie de carta de amor al cine. La historia del séptimo arte se encuentra enlazada en el guion, desde sus referencias a los primeros ejemplos de cuadros en secuencia hasta una narrativa que simula una película de serie B, una creature feature. Algo que Wyott Ordung escribiría.


Incluso el diseño inicial de la criatura central trae a la mente una imagen clásica del cine de ciencia ficción, aunque subvierte ingeniosamente al concepto de “invasor alienígena”. Pero, decir más que eso sería un spoiler. Esta palabra, por cierto, también es importante para NOP, considerando que cada tráiler y pieza de marketing del largometraje fue elaborado para no explicar absolutamente nada sobre la trama, dejando más preguntas que respuestas antes de su estreno. Ello no es sorprendente, considerando que la película posee una fuerza visual y giros narrativos fascinantes que hacen que la película valga la pena sin necesidad de algún conocimiento previo o expectativa.



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