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Anécdotas de cine: entrevista a Henry Vallejo

Conversamos con el director puneño Henry Vallejo, creador del Misterio del Kharisiri (2014) y de la premiada Manco Capac (2020). En este intercambio de palabras conocimos un poco más sobre sus comienzos en el cine, así como sus vivencias y perspectivas del cine peruano. 

Por Diego Oblitas Novoa

ENTREVISTA /

CINE PERUANO

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Diciembre 28, 2020

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Fuente: Festival de Cine de Lima

No cabe duda de que el llamado cine regional peruano nunca dejará de sorprender. No solo por su contenido, sino por las vivencias y experiencias que enlaza consigo. Durante la entrevista conocerán a profundidad a Henry Vallejo, así como a su cine y a la ciudad de Puno, retratada en sus personajes e historias. Como en Cinema Paradiso (1988), sentirán cómo el cine mueve a los pobladores a hacer lo imposible para ver las películas. Sin lugar a dudas, el cine siempre refleja algo de nosotros.

¿Cómo fueron tus primeros acercamientos al cine?


Todo tiene una raíz y debo buscar mis raíces para responderte. Entonces, en ese sentido, se me viene a la mente un recuerdo de quinto grado de primaria. Estaba dibujando un cómic de un superhéroe local, y un compañero de carpeta me ayudaba a colorear. En ese momento mi profesora se dio cuenta de ello y pensé que me iba a castigar, pero al rato me dijo que debería exponer la historia que estaba creando. Así, con el compañero de carpeta expusimos la historia y la clase nos aplaudió. Esto obedece a otra historia anterior. Desde muy pequeño con mi hermano mayor, Jorge, nos gustaba leer y coleccionar cómics. Y en el barrio donde vivíamos en Puno, Azoguini, sacábamos nuestras revistas a la calle, una banca para los clientes y las alquilábamos a los vecinos. A veces llevaban las revistas a sus casas.


No quiero olvidarme de mis primeros contactos con el cine, tendría 4 a 5 años y recuerdo que mi papá y mi mamá me llevaban con mi hermano al Cine Puno y al Cine Municipal, que quedaban a tres cuadras debajo de la casa que alquilaban mis padres. También recuerdo de esa niñez que cuando íbamos a visitar a mi abuelita Hermilia en Azángaro, a veces nos daba una propina para ir al cine. No es que hubiese un cine, sino que se improvisaba un cine en el salón parroquial de la plaza de armas, con sillas desarmables de metal y un proyector que años más tarde comprendí que se trataba de un proyector de 16 mm. Allí vimos películas de Bruce Lee y algunos westerns de los años 70 y 80.


Ya de adolescente, siendo más independiente en la elección de películas, recuerdo que al salir del colegio la rutina más placentera que teníamos era ver la cartelera de los cines Puno y Municipal, y esperábamos meses y hasta dos años para que llegue una película. De esos tiempos recuerdo películas como El Campeón (1979), donde actuaba John Voight, La Naranja Mecánica (1971), Cobra Verde (1987), Cotton Club (1984), etc.


Ya en la época universitaria, me gané una beca para estudiar Ingeniería Eléctrica en la Universidad Nacional de Tucumán–Argentina. Estuve casi dos años por allá y llegué a sentir que esa carrera no era para mí. Espontáneamente a veces asistía como alumno libre a la Facultad de Fotografía. En esta cálida ciudad también conocí los increíbles video bares. Algunas de estas salas ofrecían tres películas por el precio de una. De estos años recuerdo películas como Rain Man (1988), Atrapado sin salida (1975), Papillon (1973), Terminator (1984), Dirty Dancing (1987), etc.

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El director Henry Vallejo. Fuente: Festival de Cine de Lima 

¿Quiénes han sido tus grandes influencias?


Algunas películas que nombro en la pregunta anterior supongo me han influenciado de algún modo. Ya cuando tuve que volver al Perú, porque se eliminó el dólar para estudiante y ya no podía mantenerme en la Argentina, me puse a estudiar contabilidad, carrera que tampoco era para mí. Y aunque a los diecinueve o veinte años apareció el bichito de hacer cine, sabía que no era fácil dar este salto y a la vez no me atrevía todavía a mandar todo al diablo para realizar películas. Ya estando en Puno otra vez, y estudiando contabilidad en quinto o sexto semestre, empecé a estudiar ciencias de la comunicación sin que se enteren mis padres, porque me habían advertido que si estudiaba esa carrera me cortarían toda ayuda. Así estuve oculto casi dos semestres, hasta que mi papá se dio cuenta. Una compañera de clase le chismeó el asunto. La cosa no fue tan grave porque al poco tiempo empecé a trabajar de guía de turismo. Trabajaba y estudiaba, algunos de mis profesores no entendieron que yo necesitaba trabajar, no podía asistir a todas las clases y aunque en algunos cursos tenía buenas notas, varios docentes me dijeron: tienes buenas notas, pero no te conocemos y no vienes a clases y así no puedes pasar. Eso me atrasó dos años de universidad. En tercer año tuve un semestre muy desfavorable, porque siendo en esos años una currícula correlativa, me tocó llevar un solo curso en el quinto semestre, así que me dije “no perderé mi tiempo con un curso”, y me fui a Lima. Me puse a estudiar en Inictel talleres en producción de televisión y documentales. Paraba en el instituto de ocho de la mañana a diez de la noche. En un semestre hice lo que se hace en dos años. En Inictel me sentí como pez en el agua. Ya en cuarto año de ciencias de la comunicación y de vuelta en Puno, hice mi primer corto fuera de la currícula de la universidad, Romato, que obtuvo algunos reconocimientos. En quinto año ya tenía el primer borrador del guion para mi primer largometraje: El Misterio del Kharisiri. Hasta este punto dirigía por intuición.


Recién en el 2005 comienzo a especializarme. Antes no tenía el dinero, aunque ahora tampoco (risas). Luego de mi primer largometraje me fui a Cuba a seguir aprendiendo. Hice un taller de dirección de actores con Marketa Kimbrell. Ella fue una de las fundadoras de The New York Theater Caravan. Fue profesora principal de dirección y actuación de la Universidad de Nueva York. Participó como actriz en The Pawnbroker (1964), la serie Playhouse 90 (1956) y ReachingOut (1983).


Luego hice un diplomado en guion y producción en el 2007 en Antioquia, con Manuel Arias y Víctor Gaviria. Seguí escribiendo algunos guiones, hasta que en el 2020 recién se terminó mi segundo largometraje: Manco Capac. 

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Jesus Luque gana el premio a mejor actor en el 24 Festival de Cine de Lima. Fuente: FCL

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