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Marzo 13, 2021

Voces periféricas: una breve muestra del cine brasileño contemporáneo

Algunas razones que pueden explicar el auge del cine de este país, y un acercamiento a partir de cinco películas recomendadas, disponibles en Mubi.

Por Agustín Baella Arsentales
CRÍTICA
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Las buenas maneras (2017), de Juliana Rojas y Marco Dutra


Clara es una enfermera que logra ser contratada como niñera del próximo hijo de Ana. A lo largo del filme las exigencias de la futura madre se van haciendo cada vez más singulares. Clara, quien necesita el empleo, no opone mayor resistencia, incluso cuando estas solicitudes empiezan a tornarse más extrañas por las noches. La tensión entre ambos personajes va en aumento y marca las diferencias de clase entre una empleada doméstica y su empleadora. En el juego de opuestos que da lugar entre ambas, se teje una relación que las va intimando hasta sellar un compromiso de por vida. En este ejercicio de intertextualidad entre géneros cinematográficos –en el que intervienen el melodrama, lo fantástico, el terror gótico, incluso el musical y realismo mágico–, se gesta un inquietante cuento de hadas moderno, que no tardará en transformarse en algo completamente distinto.


El orfanato (2018), de Carolina Markowicz


Basado en experiencias reales, este cortometraje cuenta un momento en la vida de Jonathas, un adolescente huérfano que, después de un intento de adopción por una pareja casada, es regresado al hogar para niños. Las razones por las que es devuelto reflejan actitudes conservadoras que se mantienen arraigadas en el imaginario colectivo y persisten hoy en día en muchas familias. Sin embargo, Jonathas no se deja amilanar por esta falta de pertenencia. Nunca deja de ser él mismo. Sus escapes a la fantasía de ese entorno represivo son una invitación para comprender mejor los gustos y aspiraciones del personaje; además de ser una de las vías de escape para explorar su verdadero yo. Realmente los minutos que discurren se quedan cortos por querer conocer más de su historia.


Temporada (2018), de André Novais Oliveira


En esta historia seguimos a Juliana, una mujer casada que deja su pequeña ciudad natal de Itaúnas para llegar a la extensa metrópolis de Contagem, donde acepta un trabajo dentro de un programa de salubridad que combate la propagación del dengue. La protagonista recorre un camino sin retorno en un intento por dejar atrás algo más que solo un hogar. El proceso de adaptación en su nuevo destino tampoco es fácil; sin embargo, encuentra refugio en los compañeros de trabajo que comparten con ella una pesada carga, y que termina en una comprensión empática. En este nuevo inicio todo es incierto, pero el descubrimiento de medidas temporales en su vida está por pasar a la permanencia.


Érase una vez Brasilia (2017), de Adirley Queirós


La consigna del agente intergaláctico, WA4, quien es enviado de un futuro lejano, es clara: aterrizar en el planeta Tierra, precisamente durante la inauguración de Brasilia en 1960, y matar al expresidente Juscelino Kubitschek. Sin embargo, su nave espacial se estrella en la actualidad, mientras se está llevando a cabo el juicio político a Dilma Rousseff. El agente aterriza en Ceilândia, un suburbio fundado para la población marginada, que representa la frustración de la fantasía que años atrás se tuviera del país. En clave lo-fi, se mezclan temas de ciencia ficción y protesta ciudadana. Desde la perspectiva del viajero espacial, se logra apreciar la descomposición de la democracia, que deviene en un sistema de gobierno vigilante y represivo.


El juicio (2018), de Maria Augusta Ramos


Documental que muestra las consecuencias de la crisis política que llevó a Dilma Rousseff, la primera presidenta de Brasil, a ser destituida de su cargo por el senado, tras ser acusada por corrupción y lavado de dinero, así como atacada por el ala derecha del congreso, sus enemigos políticos. El filme se enfoca en el equipo legal, pero siempre retratando una compleja realidad, con sus diferentes narrativas. La directora nos muestra cómo la corrupción está generalizada en ambos lados de la división política, entre coberturas periodísticas tendenciosas, que responden a inclinaciones ideológicas y que distorsionan los hechos. Todo esto mientras se reflexiona sobre la vulnerabilidad de los sistemas de gobierno democráticos.

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