Hace unas semanas se confirmó la apertura de las salas de cine con el inicio de la fase 4 de reactivación económica en el país. Sin embargo, las medidas de bioseguridad establecidas por el Ejecutivo reducen el aforo de salas a un 25%, dado que se requiere un distanciamiento de mínimo 2 metros por cada butaca. Además, la venta de alimentos y bebidas queda prohibida.

Bajo estas condiciones, La Asociación Nacional de Salas de Cine (Anasaci) ha manifestado su preocupación.

“Bajo estas condiciones reabrir los cines no es sostenible para ninguna cadena. No solo porque con esta restricción de distancia el aforo se reduce a menos de un 25%, sino también porque esta industria no se puede sustentar sólo con la venta de entradas”, declaró Mónica Verdeguer, presidenta de Anasaci.

Los ingresos por entradas de cine, explica la asociación, son repartidos entre la empresa distribuidora de la película (50%), impuesto municipal (10%) e IGV (18%), por lo que la venta de alimentos es fundamental para sostener sus costos operativos.

La asociación solicitó al Ejecutivo que reconsidere las medidas de bioseguridad y que se tome el modelo aplicado por México, Brasil o Colombia como referencia. Estos países retornaron a las actividades con un 50% de aforo, permitiendo la venta de alimentos y bebidas.

“Como industria hemos trabajado a consciencia en el planteamiento de nuestros protocolos en pro de la protección de nuestros colaboradores y clientes, con el objetivo de activarnos y así volver a generar empleo y sano entretenimiento. Sin embargo, las condiciones mencionadas no permiten una operación sustentable y anula nuestra posibilidad de reactivarnos. Pedimos que el Ministerio atienda nuestros argumentos ya que están fundamentados con el mismo rubro operando en Colombia, México y Brasil” añadió Verdeguer.

En el Perú, 104 salas de cine se encuentran paralizadas a nivel nacional.  La industria ofrece trabajo a 10,000 familias peruanas, 5 000 directamente y otros 5 000 indirectamente, la gran mayoría son estudiantes universitarios.