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NOTICIA

Marzo 15, 2020

El pasado 3 de marzo, en el BFI Southbank de Londres, realizamos la cobertura periodística de un conversatorio entre el director Wes Anderson y la actriz Tilda Swinton, en el que hablaron sobre sus películas favoritas.

Por Sebastián Zavala Kahn

Tilda Swinton y Wes Anderson

Fuente: BFI
 

El pasado martes 3 de marzo tuve el inmenso agrado de asistir a una conversación entre el director Wes Anderson y la actriz Tilda Swinton, en el BFI Southbank de Londres. El evento, llamado “Tilda Swinton and Wes Anderson on stage: a magical tour of cinema”, fue de tan solo una hora de duración, y ciertamente se sintió más corto. Los dos artistas hablaron sobre algunas de sus películas favoritas, y proyectaron algunas de las escenas más importantes de las mismas, explicando exactamente por qué destacan estos filmes de entre varios otros. Además, también se llevó a cabo una brevísima sesión de preguntas y respuestas con los asistentes.


El evento comenzó con la proyección de una escena de A Matter of Life and Death (1946), de Michael Powell y Emeric Pressburger, en la que pudimos ver al Peter Carter de David Niven caminando confundido en una playa, creyendo estar muerto, y encontrándose con un niño desnudo tocando un instrumento de viento frente el mar. Anderson y Swinton destacaron la escena por su cualidad de ensueño, haciendo énfasis en los giros narrativos de la película, la cual contrasta de manera magistral lo que el protagonista cree, y lo que eventualmente se lleva a cabo luego de varias contorsiones de la narrativa (mejor no incluir spoilers en este texto; vale la pena que vean cada una de estas películas).


Luego, Swinton proyectó una escena de I Know Where I’m Going (1945), también de Michael Powell y Emeric Pressburger, haciendo énfasis en la jornada en tren a Escocia que el personaje realiza como parte de la trama. De hecho, Swinton le tiene mucho cariño a dicho viaje, tanto así que nos recomendó que lo tomemos en algún momento, como para que podamos experimentar de primera mano la misma situación que el protagonista de la cinta —fue una manera magistral de relacionar experiencias propias y muy personales con lo que las películas pueden lograr en pantalla, aunque sea por unos pocos minutos.

Tilda Swinton y Wes Anderson: un mágico tour cinematográfico

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