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Marzo 24, 2020

Por Sebastián Zavala Kahn
/CRÓNICA
NOTICIA

“Misbehaviour” (2020) y la liberación femenina

Ancla 1
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El domingo 8 de marzo tuve el agrado de asistir a una función especial de Misbehaviour (2020), que aparentemente será estrenada como Rompiendo las normas en países latinoamericanos. La vi en el cine Picturehouse Central de Londres, en el cual estuvieron presentes la directora Philippa Lowthorpe, la productora Suzanne Mackie, Jennifer Hosten (quien fuera Miss Mundo en 1970), así como Sue Finch, Jo Robinson, Sarah Wilson y Jane Grant, quienes formaron parte del movimiento. Después de la proyección de la cinta, hubo una conversación con las asistentes, así como una sesión de preguntas y respuestas con el público.

Misbehaviour tiene como protagonista a Sally Alexander (Keira Knightley), una estudiante universitaria que vive con su hija menor, y su esposo, Gareth (John Heffernan). A través de Sally vemos la manera en que las mujeres fueron tratadas en Londres, en el año 1970 —era mucho más difícil para ellas ir la universidad, ser escuchadas tanto por sus maestros como por los otros estudiantes, y ser consideradas como algo más que amas de casa. Lo que Alexander trata de hacer, entonces, es pelear en contra de estas anticuadas percepciones “desde adentro” del sistema, pero puede que eso no sea suficiente.


Por ello, decide formar parte del Movimiento de liberación de las mujeres, que realiza acciones más concretas para otorgarle los mismos derechos a las mujeres que a los hombres. Inicialmente Sally no está muy segura de estar en el lugar indicado —las quejas de su madre, Evelyn (Phyllis Logan), ciertamente no ayudan—, pero cuando el Movimiento decide protestar contra la ceremonia Miss Mundo, por fin se da cuenta de estar haciendo lo correcto.


Lowthorpe comenzó la charla mencionando que el objetivo de las protestantes nunca fue atacar a las participantes. Ello más bien permitió descubrir lo fascinantes que estas últimas eran. Fue muy importante para ella “contar la historia desde múltiples puntos de vista”, como una historia de éxito. La idea era desarrollar una narrativa que explique bien el contexto, poblada por personajes que toman decisiones debido a diversas razones. Para ello, tanto Howthorpe como Mackie revisaron “bastante metraje de archivo del Miss Mundo de aquella época”, y así descubrieron entrevistas con las participantes, en las que hablaban de sus diferentes experiencias.

Por otro lado, Jo Robinson declaró que “fue increíble ver la protesta que hicimos otra vez en la pantalla grande”. Para ellas, fue una noche increíblemente exitosa, especialmente porque no querían que las participantes fueran elegidas como blanco; ellas protestaban en contra de Mecca, la empresa organizadora del certamen Miss Mundo, liderada por Eric Morley. Por su parte, Sue Finch disfrutó enormemente la película, mencionando que se trata de una “gran película”, y que está completamente satisfecha con la manera en que fueron interpretadas por sus respectivas actrices. Dijo, además, que la película captura “la sensación de diversión” del evento real, el cual fue visto por millones de personas en vivo en 1970.

Finalmente, Jennifer Hosten declaró que estaba feliz y que sus hijos disfrutaron de la película. En un inicio no sabía cómo iba a ser retratada durante las escenas finales. “La verdad”, dijo, “es que el Movimiento usó la ceremonia para transmitir su mensaje, y cuando lo piensas, en 1970 nosotras la usamos como un trampolín para otras oportunidades profesionales”. Ese es el contraste, precisamente, que Misbehaviour retrata con cierto éxito, para que el espectador —y por qué no, las personas reales involucradas en el evento— consideren cómo interpretar la historia.

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