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Tras su paso por la cartelera comercial a inicios de año, el documental se podrá volver a ver en el ciclo “+ ORGULLO – PREJUICIO” del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Por Ana Lucía Alva CRÍTICAS / CIRCUITO CULTURAL
¿Qué significa realmente salir del clóset? ¿Cuántos pasos implican llegar hacia afuera? ¿A cuántas personas debemos de contárselo para considerar que lo hemos logrado? ¿Quién realmente decide si ya salimos más allá de nosotros mismos? Esas son preguntas que la última película de Alberto Castro de algún modo u otro responde
Salir del clóset retrata los testimonios de una decena de hombres homosexuales residentes en Lima, capital del Perú. El filme arranca con una serie de registros que muestran a un grupo de personas haciendo un cortometraje, y sobre esas imágenes prima la voz en off del director, que narra un poco el motor y motivo de la obra que estamos por ver. Es gracias a este recurso que se genera una empatía directa y sincera desde el inicio. En esas líneas, Alberto cuenta que tras su última ruptura amorosa empezó a cuestionarse realmente todo lo que comprometía y, sobre todo, conllevaba salir de este lugar llamado “clóset”. Luego de unos minutos introductorios, los testimonios empiezan a tomar vida propia, se adueñan del discurso y nos brindan un salto hacía la cruda historia que trae cada uno.mucho encanto.
El registro narrativo que se utiliza durante toda la película posee una marcada intimidad, comenzando por retratar a los personajes en las puertas de sus hogares actuales, donde podemos ver las fachadas de sus casas, las calles que los rodean, el contexto que los acompaña. Una vez que la cámara sigue al personaje dentro de su hogar, empieza una genuina conversación entre el director, quien sigue manteniendo la voz en off, y el entrevistado. En esta parte del documental que nos adentramos aún más en las experiencias personales de cada uno, siendo espectadores directos de sus experiencias y líneas de vida.
Los personajes comentan haber pasado por la negación y la represión, mayormente continuada con una fuerte depresión, aislamiento y decepción familiar. Aunque no todas las historias son iguales, todos ellos narran las dificultades que se encontraron en el camino, amarrados a un prejuicio social extremadamente marcado que sigue existiendo hasta el día de hoy. Conforme el filme avanza, nosotros, los espectadores, transitamos todos los pasos que fueron necesarios para finalmente salir de ese agujero negro. Así, podemos ver reflejado en cada uno de los relatos un progreso personal, mezclado con una justa y anhelada liberación.
En esta oportunidad, la obra audiovisual no rebalsa en elementos característicos o “clichés” del documental, tales como las imágenes de archivo, fechas de contextualización o los distintos puntos de vista u opiniones alrededor de cada personaje entrevistado. Por el contrario, mantiene una delicada y leal transparencia hacia la historia que cada uno de ellos cuenta. La cámara escucha y observa, siente y nos muestra tanto las heridas y lágrimas, como las risas y anécdotas. Ello genera un espacio seguro y amplio tanto para los personajes, como para los que estamos frente a la pantalla.
Finalmente, Salir del clóset nos enseña mil y un caminos para lograrlo, mostrando que cada quién debe elegir la forma correcta según su historia. Sin ningún prejuicio o cuestionamiento amarrado, llega a involucrarnos desde el primer minuto en un ambiente sensible y consciente, siendo la herramienta perfecta para crear empatía y generar un crecimiento como sociedad. El documental fue estrenado en algunas salas de Lima durante febrero del 2023, y recorrió distintas provincias del país, a través de salas alternativas y un público dispuesto a escuchar y aceptar.