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Lejos de grandes paisajes, múltiples actores o intrincados cambios de cámara, encontramos historias que solo necesitan una locación.
Por Sebastián Kawashita ESPECIALES / 5 PELÍCULAS
A propósito de Oxígeno, la reciente película de Alexandre Aja que está disponible en Netflix, recordamos algunos filmes cuyas historias se desarrollan en una sola locación. Largometrajes de este estilo, más que enfrentarse a una limitación, tienen la oportunidad de encontrar soluciones creativas con pocos elementos.
Enlace Mortal (Phone Booth, 2002)
Stu Shepard (Colin Farrel) es un publicista egocéntrico y manipulador que se encuentra deambulando por las calles de Nueva York. Luego de realizar una llamada a su amante desde un teléfono público, Shepard es contactado por un hombre que amenaza con matarlo. Desde una cabina telefónica, Shepard se verá sometido a las exigencias de un francotirador, quien lo torturará física y emocionalmente.
En Enlace Mortal, la tensión se va construyendo de a pocos. Shepard empieza encarando a su acosador, creyendo que su amenaza es una broma pesada, hasta que el sonido de un rifle cargando una bala, desde el otro lado de la línea, le demuestra que no es un juego. Para pelear por su vida, Stu Shepard deberá seguir las indicaciones de su agresor, quien lo llevará a confesarse por todas las faltas cometidas.
Esta no es una película (In film nist, 2011)
Tras hacer propaganda en oposición al régimen iraní, el director Jafar Panahi es sentenciado a arresto domiciliario, con prohibición de trabajar en cualquier producción audiovisual por un periodo de 20 años. En casa, Panahi decide grabarse a sí mismo comentando sobre su película truncada: lee su guion y revela storyboards. Panahi busca una alternativa para rodar un largometraje… sin grabarlo propiamente.
El formato de este documental permite que nos cuestionemos ¿Qué es el cine? ¿Cómo se define? Y si el simple acto de narrar puede ser considerado cinematográfico. Estas incógnitas, no son planteadas en el documental, por lo que antes de encontrar una respuesta concreta, el espectador se enfrentará a la disyuntiva: ¿esta es o no es una película? Claro que, el simple hecho de que Panahi haya enviado sus grabaciones clandestinamente en una memoria USB, dentro de un pastel, responde ya, de cierta manera, las preguntas compuestas.
Locke (2013)
Ivan Locke (Tom Hardy) emprende una carrera en medio de la noche. En el camino, recibe una serie de llamadas que están por poner en riesgo su carrera, su familia y su dignidad. Pero Ivan no puede detenerse, debe seguir con su viaje y mantener todo en orden a través del teléfono.
La narrativa en Locke se trabaja únicamente a través de diálogos. Tom Hardy tiene que expresarse solo con palabras, pues sus manos están pegadas al volante. Su rostro expresa todo lo que su cuerpo no puede por estar encerrado en el vehículo. Muy distinto a sus papeles en El caballero de la noche asciende (2012) o Dunquerke (2017), en los que una máscara cubre su cara para darle peso a la interpretación de sus textos.
Avenida Cloverfield 10 (10 Cloverfield Lane, 2016)
Michelle (Mary Elizabeth Winstead) sufre un accidente de carro y despierta en un búnquer. Howard (John Goodman), un sujeto que denota inestabilidad mental, la mantiene en cautiverio asegurándole que afuera hay una amenaza peligrosa.
Los escenarios de Avenida Cloverfield 10 están más delimitados que las películas ya mencionadas. El búnquer es una suerte de vivienda pequeña conformada por cocina, sala, habitaciones y baño. Se trata de un refugio dividido por espacios, pero que, debido a su minúsculo tamaño, terminan convirtiéndose en una sola locación. Michelle está en peligro, porque se encuentra junto a una persona cuya personalidad explosiva lo convierte en una bomba de tiempo. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿habrá algo más peligroso afuera del búnquer que el mismo Howard?.
El culpable (Den skyldige, 2018)
Asger Holm (Jakob Cedergren) es un policia que atiende incidentes a través de una línea de emergencia. En su rutina, recibe la llamada de una mujer que ha sido secuestrada. Asger deberá rastrearla y ubicarla a como dé lugar.
El culpable es un thriller donde el suspenso se siente desde un inicio. Asger tiene que buscar métodos para auxiliar a distancia. Cada acción que toma pareciera que resolverá el caso, pero solo sirve para encontrarse con otra complicación. Los puntos de giro en la historia no solo intensifican la tensión, sino también sacan a flote el pasado tortuoso del protagonista. Asger está tratando de salvar una vida, a la par que pelea contra sus propios demonios internos.
