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Antes de “Licorice Pizza”: las películas de P.T. Anderson

Actualizado: 23 jun 2023

Licorice Pizza (2021) ya se encuentra disponible en la cartelera comercial peruana y no hay nada mejor que hacer un breve recorrido de los filmes que Paul Thomas Anderson ha realizado a lo largo de su carrera.


Por Hitoshi Isa Kohatsu ESPECIALES / PAUL THOMAS ANDERSON

Paul Thomas Anderson
“Licorice Pizza” (2021)

La trayectoria cinematográfica de Paul Thomas Anderson empezó en 1993, cuando logró financiar (gracias a una serie de amigos y contactos) un cortometraje de poco más de 20 minutos llamado Cigarettes & Coffee. El corto lidia con la vida de varios personajes conectados por un billete de 20 dólares. Cuando la obra consiguió cierto reconocimiento y popularidad en festivales, el director tuvo acceso a una mayor financiación para expandir el guion de su corto a un largometraje. Esa primera película de su carrera sería ...


Hard eight (1996)


Philip Baker Hall es un apostador veterano que ayuda a un joven con problemas económicos, interpretado por John C. Reilly. La acción toma lugar en Las Vegas, casi siempre tras la llegada de la noche, entre casinos y hoteles. La película ya incluye algunos de los temas que el director desarrollaría posteriormente en su carrera, con personajes que buscan aliviar su soledad con algún tipo de compañerismo.


Si bien es un título menor en comparación a sus futuros trabajos, es una interesante película criminal, con personajes emocionalmente más profundos si la contrastamos con otras cintas de ese género. Lo cierto es que Paul Thomas Anderson dio un siguiente gran paso con…


Boogie Nights: juegos de placer (Boogie Nights, 1997)


Mientras que Hard eight tenía a un Paul Thomas Anderson buscando su voz propia, el director alcanza una potencia especial en Boogie Nights; juegos de placer. Esta fue la película en la que encontró un estilo distintivo. La trama se aproxima a la industria pornográfica de los años setenta. Eddie Adams (Mark Wahlberg) es un joven reclutado por un director (Burt Reynolds) gracias a un atributo muy singular que se ubica entre sus piernas. En el reparto también se hallan actores como Don Cheadle, Julianne Moore o John C. Reilly.


Se pueden distinguir dos partes en la película: la primera se desarrolla en los años setenta, con un tono cómico, que se vuelve lentamente más cínico y dramático una vez que se llega a los ochenta, década en que se ven las terribles consecuencias del estilo de vida del personaje de Wahlberg. Su optimista final hace un guiño a la última secuencia de Toro Salvaje de Martin Scorsese, un cineasta esencial en las influencias de Anderson.

Se empieza a notar en este filme un gusto por tomas largas, personalidades excéntricas, y un perfecto balance entre comedia y el drama que enfatiza el estado emocional de los personajes. Paul Thomas Anderson continuaría enriqueciendo su singular estilo en…


Magnolia (1999)


La película está protagonizada por William H. Macy, John C. Reilly, Julianne Moore, Melora Waters, Jeremy Blackman, Philip Baker Hall, Tom Cruise, entre otros actores. Es una cinta coral, de historias interconectadas de una manera u otra a través de increíbles e improbables coincidencias. Esta cualidad narrativa puede hacer recordar Historias cruzadas de Robert Altman, pero Paul Thomas Anderson inyecta a su filme suficiente estilo y fineza como para hacerlo suya.


Su miríada de talentosos actores logra atraparnos hasta el punto de hacernos sentir la emoción de sus personajes. Encontramos ese dinamismo de la cámara también muy reminiscente de Scorsese, pero su final, en frontera con el realismo mágico, con una lluvia de inesperadas características, genera hasta hoy reacciones encontradas.


En aquellos tiempos, el director dijo en el Festival de Sundance que su próximo proyecto sería una comedia romántica protagonizada por Adam Sandler. Ello causó risas en la audiencia, pero tres años después realizaría…


Embriagado de amor (Punch-Drunk Love, 2002)


Barry (Adam Sandler), un hombre reprimido y de pocas habilidades sociales que dirige un negocio de desatoradores, conoce a Lena (Emily Watson), una mujer con problemas similares. Esas coincidencias dan lugar a un romance. En paralelo, un hombre (Philip Seymour Hoffman), quien maneja una línea de sexo por teléfono, extorsiona a Barry por dinero.


Se aprecia en este filme el interés constante de Anderson por la soledad de sus personajes, pero a la vez su inteligencia no solo en coger un género como la comedia romántica para dotarlo de un humor con trazos surreales, sino para aprovechar las capacidades actorales de Adam Sandler, usualmente encasillado en comedias convencionales. Antes que los hermanos Safdie con Diamantes en bruto, Anderson ya había logrado reconocer el inmenso talento de Sandler.


A continuación, Paul Thomas dirigiría una película en otro tono…


Petróleo sangriento (There Will Be Blood, 2007)


Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis en uno de los roles más impresionantes de su carrera) es un magnate que tiene como misión encontrar petróleo y conseguir así una fortuna. En su odisea, adopta (roba) a un bebe, confronta a un reverendo tan ambicioso como él (Paul Dano), y termina convertido en un ser triste y vacío una vez que consigue todo lo que deseaba.


La avaricia y la ambición mueven al protagonista, pero a la vez lo devoran. Así, se deconstruye el mito del emprendedor estadounidense, que busca domar el Oeste a través de la industria, de la modernidad. El viaje de Plainview, un hombre agresivo y determinado, es un doloroso proceso que recuerda la caída desde muy alto del Kane de Orson Welles, solo que a través de una fotografía que se va tornando opaca, que vira hacia la clave baja, como preámbulo para un final brutal, salvaje, hasta gore. Pocas actuaciones con tanto nervio como la de Day-Lewis en esta cinta.


Hablando de grandes actores, el papel protagónico lo tendría a continuación Joaquin Phoenix en…


The Master (2012)


Freddie (Joaquin Phoenix), un veterano de la Segunda Guerra Mundial que sufre de estrés postraumático y distintas adicciones, conoce a Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), el líder de un culto. En ese ambiente, los dos actores interpretan a personas que pasan por una serie de transformaciones. Su relación de maestro y discípulo deriva en vínculos cada vez más complejos y tensos.


Una vez más, es una trama concentrada en personajes que buscan desesperadamente un lugar al cual pertenecer, y que se adentra en lo hondo de su psicología. Si hay algo que caracteriza a Paul Thomas Anderson es su notable dirección de actores, y llama la atención también, en ese sentido, la versatilidad de Phoenix. A diferencia de los gestos que parecen dibujados, y de la plasticidad y experimentación corporal, en Joker, aquí Phoenix brilla en la contención, en pequeños movimientos y miradas que dicen mucho con poco. Un dato interesante sobre el largometraje es que fue el primer crédito de Joaquin Phoenix tras su retirada del cine. La siguiente película de Paul Thomas Anderson también sería una colaboración con él, aunque una muy extraña…


Vicio propio (Inherent Vice, 2014)


En un pueblo costero de California durante los setenta, Doc (Joaquin Phoenix) investiga la desaparición de su ex, a pesar de las intromisiones de un policía apodado “Bigfoot” (Josh Brolin). A Doc lo vemos involucrado en una serie de tramas sobre cultos, drogas, farmacéuticos, el FBI, y otros acontecimientos insólitos. Está basada en una novela de 2009 de Thomas Pynchon. La película está compuesta de viñetas, pequeños acontecimientos contados como experiencias lisérgicas, con una tenue conexión narrativa entre sí. Esto se vincula al hecho de que la historia es experimentada por un detective hippie, constantemente drogado.


Vicio propio juega a la metaficción, al misterio y al film noir. Te aturde y a la vez te seduce en su atmósfera enrarecida y en su estilizada extravagancia. Tres años después, Paul Thomas Anderson regresaría a una narrativa más clara, pero que igual es sofisticada y atractiva…


El hilo fantasma (Phantom Thread, 2017)


Reynolds (Daniel Day-Lewis) es un costurero de la clase alta de Londres que se casa con una inmigrante, llamada Alma (Vickie Krieps). Él es frío, controlador y distante, mientras que ella es pasiva, aunque logra desarrollar una voluntad firme. Transitan del amor a la dependencia y el abuso, en un drama íntimo, alojado sobre todo en la gigantesca casa que la pareja habita.


Tomando el punto de vista de Alma durante la mayor parte del metraje, el director puede repasar un terreno familiar para él como es el sentido de pertenencia, aunque sin el optimismo que se puede hallar en entradas anteriores. La relación entre ambos se vuelve tóxica, adquiere tintes sadomasoquistas. Uno aprecia entre el horror y la fascinación el sutil amor fou que van expresando los personajes. Es un fuego venenoso que se trasluce en lo impensable, a través de la elegancia de los vestuarios, de la composición simétrica, y de los cálidos centros de interés que se identifican en el campo visual. La enfermiza e intensa pasión de Reynols y Alma se siente en la estilizada serenidad de cada uno de los encuadres. Así, ante los motivos pero también antes las distintas posibilidades expresivas de Paul Thomas Anderson, quedamos a la gran expectativa de ver en pantalla grande Licorice Pizza.



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