kkk-02.png)
Son días movidos para el cine en nuestro país. La congresista Adriana Tudela, respaldada por colegas suyos, presentó un proyecto de ley que afectaría el cine peruano. Entrevistamos a Melina León, reconocida directora de cine y egresada de nuestra universidad. Comentó dicho proyecto y las acciones que tomarán los gremios audiovisuales.
Por Mariano Viza ENTREVISTAS / CINE PERUANO
Han sido días sorpresivos y movidos para la cinematografía peruana. El pasado 13 de setiembre, Adriana Tudela presentó un proyecto de ley que afectaría la cultura cinematográfica del país. Cineastas peruanos y colaboradores en distintos cargos se pronunciaron en contra. Melina León nos comenta que esta noticia no se tomó con tanta sorpresa. En las últimas fechas, según cuenta, hubo una campaña en contra del cine peruano a través de personajes mediáticos, en los que se afirmaba que el cine peruano no es rentable o que no tiene valor. Así, se formó un diálogo entre los artistas en chats grupales, para pronunciarse en distintos medios.
¿En qué contexto se encuentran quienes hacen cine peruano frente a este proyecto de ley?
El contexto en el que nos encontramos es de unión para combatir este PL. Quienes nos dedicamos al ámbito audiovisual queremos que se mantenga la ley sabiendo también que deben hacerse mejoras, así como tareas pendientes.
¿Cuál es tu posición frente al proyecto de ley como tal?
El proyecto de ley Tudela elimina las acciones afirmativas presentes en la actual ley del cine. Por ejemplo, el financiamiento del cine regional, el cine indígena y de lenguas autóctonas; reduce el monto otorgado a solo el 50% y netamente en la fase de la filmación, y no menciona los estímulos a gestión cultural, salas alternativas y otros estímulos sumamente importantes. Esto demuestra un total desconocimiento de la labor cinematográfica, que consta de fases como preproducción, rodaje, postproducción o distribución. Los frutos se ven ahora, gracias, por ejemplo, al estímulo a la formación audiovisual.
Lo que defendemos es un cine diverso. Los estímulos se preocupan, por ejemplo, por el cine experimental, el documental, el cine de regiones. Es eso lo que protegemos, no queremos un solo tipo de cine. Pareciera que solo hay un tipo de cine que quiere ver la congresista, uno de corte más comercial y centralizado en Lima.
¿Cómo afecta en particular este proyecto de ley al cine regional?
Hoy los cineastas regionales tienen un estímulo separado del estímulo nacional, al cual cineastas de Lima no pueden acceder. La situación en Lima es más privilegiada, por lo que este fondo equipara la situación. Esto va de acuerdo con declaraciones de la Unesco, de la ONU, de protección de poblaciones indígenas y de lenguas originarias. Todo tiene un sentido. No es que se trata de favorecer a unos sobre otros, sino de equiparar las condiciones hasta donde es posible.
En ese sentido, ¿consideras que esta ley limita el cine peruano, y lo reduce a un espectáculo netamente monetario, dejando de lado toda expresión de búsqueda esencialmente artística?
Por supuesto. Si pone al centro como su principal preocupación la situación de las producciones extranjeras. Coloca como ejemplo la producción de la película Paddington, la cual no fue enteramente grabada en el Perú. Esta perspectiva mercantilista en buena cuenta se preocupa mucho más por el cine extranjero que por el cine peruano. Además del tufillo autoritario pues se puede leer entre líneas que pretende controlar quien dice y quién no, qué dice y qué no dice, controlar el pensamiento. Los artistas recogen la memoria y recogen las historias de la gente de una manera emocional. Las historias se quedan y se puede llegar a comprender al otro, a conocer mejor a los otros peruanos e identificarnos entre nosotros. Pareciera que no quieren que amemos nuestro país. ¿Qué pasa si miramos solo afuera? Conocemos muy bien a Estados Unidos y conocemos muy bien a sus personajes. Bebemos de su industria cultural desde muy pequeños. Si solamente van a ser las películas de Hollywood es ahí donde está el problema. Es así cuando nos identificamos como ellos y no con lo nuestro, con nuestros problemas o con nuestros muertos.
Conociendo lo largo que puede ser el proceso de hacer una película en el Perú, desde la preproducción, los fondos nacionales e internacionales, el rodaje, la etapa de post, el paso por festivales y por último la distribución, ¿qué tan difícil sería este proceso, considerando que quiere reducirse el fondo a 50% y netamente a la grabación de la cinta?
Sería para hacer una película en 20 años. Estaríamos ante un proceso más complicado y largo de hacer cine en el país. Hay tantas formas de hacer cine con el fondo nacional que no resulta necesario la búsqueda de la coproducción, y el saber que se limitaría el fondo a netamente la grabación sería absurdo, ya que evidencia el desconocimiento de la labor. Los cineastas están dispuestos a abrirles las puertas a las empresas privadas, sin embargo, estas no llegan al no tener un interés cultural. Todos los incentivos posibles son necesarios, pero conociendo la realidad. El cine peruano se muere sin el apoyo estatal.
¿Cuáles son los siguientes pasos que tomará la asociación de gremios audiovisuales en el Perú? ¿Se buscará un diálogo con las contrapartes?
Por el momento, el gremio audiovisual se está asesorando legalmente, y toma acuerdos. Hay una búsqueda de aliados que puedan escuchar a los agremiados, ya sean políticos o medios de comunicación que rechacen esta ley. Lo que se espera es que impere la razón, como también el respeto al país. La idea es que este proyecto de ley no llegue al pleno, para que no exista siquiera esa posibilidad.
¿De qué manera este proyecto de ley afectaría a otras industrias culturales como el libro, las artes visuales, la música entre otras?
Al desfinanciarlos los eliminas del mapa. Al mencionar específicamente como una crítica a la ley vigente, que apoya especialmente a unos sectores de la población, atacas directamente también a las mujeres creadoras. En vista de que no apoyarán a sectores históricamente relegados se entiende que dejarían de lado las políticas de paridad.
Ante un proyecto de esta naturaleza, ¿qué pasaría al final con el cine peruano?
Se le dejaría en escombros. Cuando me interesé por el cine, realmente no tenía mucho sentido pensar que era posible hacerlo en el Perú. Por ello me fui del país, para formarme en el extranjero y quedarme allí. En ese tiempo que estuve fuera, el Ministerio de Cultura fue creciendo, así como las posibilidades de hacer cine. Por ejemplo, en el Festival de Cine de Lima se puede ver un cine peruano de calidad, que es variado y bueno, como es el caso de Cielo abierto, que se realizó con fondo nacional y que contó con asesoría del laboratorio de Harvard.
Gracias a la ley vigente, hoy es posible para cualquier peruana o peruano pensar en la posibilidad de hacer una carrera cinematográfica aquí.
