Retrospectiva Misión Imposible. Parte tres: nueva aventura, nueva amenaza
- Marcelo Paredes
- 6 jun
- 5 Min. de lectura
En esta tercera parte de la retrospectiva, la saga de Misión: Imposible llega al que podría ser su punto más alto, donde Ethan Hunt vive una real odisea y tras un descanso, con pandemia de por medio, vuelve renovado para enfrentar a un enemigo muy propio de nuestros tiempos.
Por Marcelo Paredes ESPECIALES / MISIÓN IMPOSIBLE

Tras ya varios años de misiones y persecuciones imposibles, la saga de Misión: Imposible encontró en su sexta y séptima entrega una mirada introspectiva al mito de Ethan Hunt. Ambas películas, dirigidas por Christopher McQuarrie, no solo elevaron el listón de la acción contemporánea, sino que profundizaron en la identidad del héroe, cuestionando sus límites físicos y morales frente a amenazas cada vez más deshumanizadas. En esta parte, repasaremos cómo Misión: Imposible – Repercusión (Mission: Impossible – Fallout) y Misión: Imposible – Sentencia Mortal (Mission: Impossible – Dead Reckoning) consolidan a Hunt como un héroe trágico y resiliente, aferrado a una humanidad en vías de extinción.
Misión: Imposible – Repercusión (2018): La odisea de Ethan Hunt
Cuando volví a ver Misión: Imposible – Nación Secreta (Missión: Impossible – Rogue Nation), cuya opinión pueden revisar en la segunda parte de la retrospectiva, y luego esta sexta parte, noté lo hermanadas que estaban. Como ya mencioné en mi opinión sobre su antecesora, ambas forman una suerte de díptico que reflexiona sobre quién es Ethan Hunt como héroe y el peso que serlo conlleva. Si no considero que dicha entrega esté a la altura de Repercusión, es porque, como también comenté en el otro texto, comparada con esta nueva, se sentía solo como un primer paso, una misión de calentamiento para el reto real que Ethan enfrentaría aquí.
Desde los primeros minutos se percibe que estamos llegando al fin del camino, como si todo lo visto en las cinco películas anteriores hubiera sido solo un largo trayecto y esta fuera la meta. Y aunque esa afirmación hoy podría parecer errada, la cinta busca transmitir precisamente esa sensación, debido a lo importante que es para Ethan tomar distancia, replantearse todo y tomar el impulso necesario para cumplir una de sus misiones más significativas hasta el momento.
En esta nueva película, el reto está en entender la importancia que el bien común representa en la saga. ¿Por qué Ethan Hunt se preocupa tanto por salvar a la gente? ¿Qué lo diferencia de otros héroes? La respuesta a esas preguntas se resuelve aquí, ya que el filme quiere que, como audiencia, entendamos que él no es una figura mesiánica que todo lo puede.

Ya en las entregas anteriores lo hemos visto vulnerable, pero es aquí donde dicha fragilidad se vuelve más evidente. No se trata solo de los golpes o del miedo natural que pueda sentir al hacer algo arriesgado. Esta vez se cuestiona su criterio al momento de elegir a quién salvar y a quién no. No olvidemos que gran parte del conflicto se desata justamente por eso: por priorizar a sus amigos por encima de su misión, algo que en un primer momento se le reprocha como una debilidad, pero que luego es reivindicado como una virtud. Eso que el mal no tiene: la capacidad de empatía, de amor, de ser humano.
No en vano, además del regreso de Lane e Ilsa (con esta última cerrando perfectamente su arco como personaje), se suma Walker, un personaje que representa todo lo que Ethan podría ser y no es: una máquina que solo sigue órdenes del mejor postor y carece de moral, cumpliendo su misión sin importar el desastre que deja a su paso.
Por eso, Ethan atraviesa una especie de crisis existencial a lo largo del metraje. Tiene sueños y alucinaciones donde se siembra la duda: ¿realmente puede salvarlos a todos?, ¿puede cumplir su misión?, ¿puede mantener intacto su sentido del heroísmo? Christopher McQuarrie da en el clavo con estas ideas, desarrollándolas como la gran odisea de Ethan. Lo somete a pruebas físicas que no solo ponen en riesgo su cuerpo, sino también su psique y su capacidad de regresar a su “hogar” (entendido como su estatus de héroe), sin comprometer a quienes más quiere: su equipo.
Eso es, creo yo, lo que hace que Repercusión sea grandiosa y, a mi parecer, la mejor de la saga. Es posiblemente la película que mejor entiende a Ethan Hunt, sabiendo que, en lo que respecta a sus habilidades o lealtad, ya no tiene nada que probar. En su lugar, el reto es ver qué tan capaz es de sostener esa reputación. El camino para lograrlo es sinuoso, sí, pero una vez que llega a la cima (como se ve en los momentos finales al sobrevivir al duelo con Walker), uno presencia cómo la luz, la de la bondad, se impone sobre las sombras del mal. En suma, un viaje épico como pocos, donde el mundo es salvado de nuevo y la integridad del héroe siendo inquebrantable sin importar cuántos saltos de fe deba dar para demostrarlo.

Misión: Imposible – Sentencia Mortal (2023): la inteligencia artificial y la muerte
Muy buena parte de lo que tengo para decir de esta película ya lo dije en la crítica que hice cuando se estrenó, por lo que les invito a leerla. De todos modos, para no dejarlo ahí, comparto una breve opinión que hice a raíz de volverla a ver luego de dos años.
Antes le encontraba una que otra objeción menor, la cual si leen la crítica completa sabrán cuáles son. No obstante, ahora me doy cuenta de que no interrumpen para nada su grandeza. Lo que hace McQuarrie es elevar la apuesta al actualizar a la amenaza, siendo una que, además de carecer de moral, también carece de cualquier rasgo humano, desconociendo el valor que tienen. Y será justamente eso lo que llevará el conflicto a niveles que irán más allá de cualquier discusión existencial.
En ese sentido, lo único que queda es combatir este mal con lo que justamente carece: el poder de la decisión, de una consciencia lo suficientemente desarrollada para discernir entre aquello que debe o no pervertirse en orden de velar por ese bien común (que a estas alturas también es un concepto trastocado).
Antes de cerrar, solo quiero resaltar un pequeño detalle que noté ahora y me parece notable. Durante la secuencia de créditos iniciales se pueden notar pequeños glitches, errores que distorsionan ligeramente la imagen, los cuales al llegar a la presentación del elenco hace que, por un breve instante, las letras cambien, alterando los nombres. Ya desde ese momento, la amenaza de La Entidad se sentía cerca, apoderándose de la película misma. Si ahí no hay comentario respecto al estado actual en el que está el cine, no sé dónde más podría.
Dicho esto, doy por finalizada esta retrospectiva. Lo que sigue ahora, como dije en la primera parte, será una crítica extensa a Misión: Imposible – La sentencia final, la octava y última entrega de la saga.

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