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La nueva película de David Leitch es un homenaje a los dobles de acción, a quienes en muchas ocasiones no se les da el reconocimiento, sobre todo considerando los riesgos en su trabajo.
Por Francisco Torres CRÍTICA / CARTELERA COMERCIAL
Si uno ve las películas de Leitch, sobre todo las últimas como Tren Bala (Bullet Train, 2022) y Deadpool 2 (2018), uno se da cuenta cómo poco a poco el director ha ido construyendo una identidad propia en sus películas. Monólogos internos de personajes, chistes referenciales de la cultura pop junto con acción desenfrenada que tiene un dinamismo visual bastante fresco.
Con esto en claro, se debe saber que al ver Profesión Peligro (The Fall Guy) el espectador se va a encontrar con estos elementos descritos. Es interesante ver como se ha concebido la historia, ya que los orígenes de Leitch fueron como coordinador de dobles de acción, por lo que esto es volver un poco a cómo empezó él dentro de la industria en la que se ha consolidado. Es por tanto un terreno que ya conoce y lo usa en su favor al momento de saber cómo homenajear a la labor que tanto conoce.
Existen dos ejes en la traman el que uno funciona mejor que otro. La historia de amor entre el doble de acción, Cold y la camarógrafa Jodie, funciona de buena manera en el sentido de mostrar una relación que tiene su punto de inflexión por un suceso inesperado que sumerge al protagonista en una crisis por la que eventualmente terminan. Esta situación cambia cuando se encuentran de nuevo en un set de grabación por un plan de la productora Gail. Debido a esto es que poco a poco tanto el personaje de Ryan Gosling como el de Emily Blunt, quien esta vez va a dirigir su primera película, van reconectando orgánicamente. Esto deja en claro la gran química que logran construir ambos actores.
Ya en referencia al segundo eje de la trama es en lo que flaquea esta película. A pedido de Gail, Cold tiene que dar con el paradero del actor a quien tantas veces ha interpretado como doble de riesgo, Tom Ryder. El problema principal se da en la forma en la que se van desarrollando los eventos. Si bien se entiende las conveniencias para la trama en favor del éxito del protagonista, abusar mucho de eso hace que se pierda cierta verosimilitud, como en escenas en las que se sostiene con la pala de un contenedor para no caer a la pista en medio de una persecución, o en las que realiza saltos imposibles.
Por otro lado, el humor de esta película se vuelve predecible para aquellos familiarizados con el cine de Leitch; algunos chistes funcionan bien, mientras que otros no tanto. Lo que realmente destaca es su habilidad para hacer humor referente a otras películas y artistas, así como para explorar cómo funciona la industria en general y presentar ciertos gags sobre los dobles de riesgo. Aunque es un homenaje, también se permite burlarse de clichés, como el típico diálogo motivacional de una película de acción o el estereotipo del actor famoso que es pedante y se mete en problemas. Este último aspecto se refleja en el personaje de Tom Ryder, interpretado por Aaron Taylor Johnson, quien desempeña su papel de manera formidable gracias a su carisma y su comprensión del rol que desempeña su personaje en la historia.
En mi opinión, el problema con el humor de la película radica en los diálogos que intentan forzar chistes en situaciones como la escena en la que Jodie "tortura" a Cold como venganza por haberla dejado, o en las reacciones exageradas de los personajes ante situaciones incómodas, como el momento del reencuentro entre los protagonistas. En cuanto a los monólogos internos como recurso, adopto una posición más neutral; no me molestan, pero tampoco los considero un elemento que aporte de manera significativa a la trama. Aunque hay momentos válidos para su inclusión y reflejan el estilo distintivo de Leitch, si se eliminaran, no se perdería mucho en términos narrativos.
Sin duda, y lo que se puede decir para finalizar es que Profesión Peligro está hecha con corazón, ya que les otorga su lugar a personas que no han podido resaltar en la industria del cine. Es una historia que habla del mismo proceso de hacer películas, y además las historias que giran en torno a este asunto valen la pena. Sin embargo, como ya se mencionó, hay falencias evidentes que hacen que Profesión Peligro no sea una cinta del todo consistente.