top of page

“Let Him Go” (2020): violencia y lazos familiares

Actualizado: 23 jun 2023

La película dirigida por Thomas Bezucha es una adaptación de la novela de 2013 de Larry Watson, y ofrece una actuación sobresaliente de Kevin Costner y Diane Lane.


Por Rodrigo Bedoya Forno CRÍTICAS / HBO MAX

“Let Him Go” (2020)
“Let Him Go” (2020)

Let Him Go, de Thomas Bezucha combina elementos de drama y thriller, pero siempre con aroma de “western”. Y es que la historia que plantea el realizador estadounidense ocurre en Montana, allá por 1961. George (Kevin Costner) y Margaret (Diane Lane) son una pareja que deben lidiar con la muerte de su hijo en un accidente. La esposa y el hijo de él viven con ellos. Años después, ella se casa y se va a vivir a otro lugar, de la nada y sin avisar. Margaret sospecha que algo está mal, y convencerá a su esposo para comenzar un viaje para buscar a la mujer y recuperar a su nieto.


Lo que veremos, entonces, es el viaje de la pareja. Un viaje no exento de peligros (el nuevo esposo de la nuera parece tener un pasado muy oscuro), pero lo que parece importarle a Bezucha no es tanto el elemento de pesquisa de la historia, sino más bien transmitir la melancolía de un viaje que se siente terminal: George y Margaret parecen conscientes de que ese será el último viaje que harán juntos, lo que transmite una sensación de profunda melancolía. Y es la química de los notables Costner y Lane la que la construye: el laconismo del actor y la actitud de la actriz generan una dinámica basada en muy pocas palabras, pero en muchos gestos, miradas, complicidades. La pareja se dice lo necesario, pero actúa con una complicidad transmitida por pequeños ademanes que marcan el tono de fin de ciclo que embarga la película: este será el último baile de ambos, ellos lo saben, y la película parece teñirse de esa consciencia.


Lo mejor de Let Him Go se da cuando la cinta construye las situaciones a fuego lento, dejando que los actores y los paisajes amplios respiren y se expresen en base a la economía de recursos. Y los momentos tensos (como la llegada al lugar donde está el nieto y el encuentro con la dueña de la casa, interpretada por Leslie Manville) son mejores cuando las intenciones de los personajes se mantienen ambiguas, la violencia está latente y sentimos que lo siniestro está a la vuelta de la esquina, sin que aún no termine de explotar. Por ese motivo, la parte final de la película resulta la menos convincente: la historia tiene que cerrarse y las cosas tienen que explicitarse de un momento a otro. Pero no por eso la película pierde interés: estamos ante una película clásica, que usa armas sutiles y nobles para contar la última aventura de una pareja que decide morir en su ley.





bottom of page