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“El discípulo” (2020): un melancólico sacrificio

Actualizado: 23 jun 2023

El discípulo, cuenta la historia de un cantante de música clásica india que sacrifica todo por alcanzar sus sueños, es uno de los mejores títulos disponibles en Netflix.


Por Rodrigo Bedoya Forno CRÍTICAS / NETFLIX

“El discípulo” (2020) Fuente: IMDb
“El discípulo” (2020) Fuente: IMDb

El discípulo, segunda película de Chaitanya Tamhane, nos introduce en el mundo de la música clásica india pero a partir de los ojos de Sharad Nerulkar. Sharad busca la perfección: no se trata solo de tocar bien, sino de hacerlo brillantemente. Y para eso, es necesario no solo talento, sino disciplina, paciencia y sacrificio. La música para el protagonista no es simplemente una actividad o un arte: es un estilo de vida, uno que requiere todo su tiempo y su dedicación.


El personaje venera a los viejos gurús de su estilo de música, que son sus maestros. La cinta nos va mostrando cómo, mientras pasea en su moto por las calles de la ciudad donde vive, escucha absorto las enseñanzas de una vieja maestra, sobre la disciplina y el sacrificio necesarios para poder ser un músico. El filme nos muestra en esos momentos de cámara lenta la soledad del personaje: él entra en un mundo dónde lo único que lo puede satisfacer es llegar a ser como esos maestros.


Y la película es el recorrido que el personaje hará para conseguir su objetivo, uno que, desde un principio, está signado por el fracaso. El esfuerzo de Sharad se choca todo el tiempo con la pared de la realidad. El protagonista se da cuenta de que no todos están dispuestos al mismo sacrificio que él. Entiende que el marketing y los gustos populares han modificado el panorama de la música.

“El discípulo” (2020) Fuente: IMDb
“El discípulo” (2020) Fuente: IMDb

La puesta en escena del filme observa esos fracasos con serenidad, sin subrayar el dramatismo que provoca la contrariedad; acaso como señalándonos que el camino que eligió el personaje era uno condenado de antemano. Los esfuerzos de Sharad parecieran llevarlo a un aislamiento cada vez más profundo, a encerrarlo en una disciplina y un rigor que el tiempo del pop, de concursos musicales en TV y de modas efímeras ya no solo no premian, sino que miran con cierto desprecio.


El discípulo es una película que nos presenta a un personaje que está solo contra el mundo. El protagonista mira con resignación cómo los cambios culturales y los fenómenos globales modifican el arte que tanto ama. La película parece suscrita por esa resignación, como si viéramos las cosas a través de los ojos de Sharad y sintiéramos su pasión y, al mismo tiempo, la consciencia de que aquello que él profesa va perdiendo cada vez más sentido. Es esa serena caída, llena de melancolía, que hace de El discípulo una de las mejores películas que se pueden ver en Netflix hoy en día.



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