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“El nido” (2020): ¿qué une a la familia?

Actualizado: 27 jun 2023

El nido, de Sean Durkin, es un drama que desarrolla la fractura de una familia que intenta sobrevivir y adaptarse al estilo de vida de la élite inglesa.


Por Rodrigo Bedoya Forno CRÍTICAS / AMAZON PRIME VIDEO

“El nido” (2020)
“El nido” (2020)

Rory O’Hara (Jude Law) y su familia compuesta por su esposa Allison (Carry Coon), su hijo y su hija toman una decisión arriesgada: mudarse de Nueva York a Inglaterra, de donde Rory es originario, en búsqueda de un mejor futuro. La intrépida mudanza se lleva a cabo a inicios de la década de los ochenta, lo que permite mostrar un contraste entre ambas sociedades. En tierras inglesas, en medio del campo, deciden comprar una mansión que todo el tiempo se siente muy grande para ellos, pero que de cierta manera representa la ambición de lo que han ido a buscar al otro lado del Atlántico: el éxito económico y la reputación de entrar a lo más elitista de la sociedad inglesa.


La película va construyendo su narrativa a fuego lento, con tensiones que se van haciendo visibles de manera sutil pero notoria. Son los pequeños gestos y situaciones los que, poco a poco, nos van revelando un malestar que se hace cada vez más presente y pesado. Un malestar que tiene su epicentro en la casa que compran: una mansión enorme que, como hemos señalado, representa la ambición de lo que quieren conseguir pero que, desde un principio, es aprovechada por Durkin para transmitir más bien la dimensión del naufragio familiar.

“El nido” (2020)
“El nido” (2020)

Así, la casa, con sus espacios oscuros (amplificados por un trabajo fotográfico de iluminación profundamente contrastado), sus pasadizos y puertas cerradas van tomando una vida propia. El director va creando un misterio constante alrededor de la morada, como si estuviéramos entrando a una película de misterio donde secretos oscuros se esconden en cada cuarto o detrás de cada pared. Solo que esos misterios, lejos de develar algo siniestro o sobrenatural, en realidad esconden procesos profundamente humanos: el tedio de Allison, el arribismo de Rory en el furor individualista y capitalista de los 80, los problemas financieros de ambos y la alienación de los jóvenes. El nido va enrareciendo lo cotidiano, estableciendo una tensión que se manifiesta en los silencios, en actitudes esquivas, en aquello que no se dice pero que se percibe. Y la casa va manifestando esas sensaciones que basculan entre lo siniestro y lo triste, entre la esperanza de aquello que se busca y la decadencia de aquello que es.


Esa tensión que se va acumulando tarde o temprano terminará de explotar, y la película nos presentará la decadencia directa de todos y cada uno de los personajes. Esa máscara de normalidad que la familia ha tratado de mostrar durante toda la trama al final se cae y revela la oscuridad en la que habitan los personajes. De esta manera, El nido muestra la lenta caída a los infiernos; es un drama familiar en el que todos los integrantes se van dando cuenta de qué es lo que más los distancia y qué los une. Una distancia que acaso sea insalvable; tan grande como esa casa que representa la dimensión del fracaso.



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