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Infidelidades en el cine: un top ten

En el contexto de algunas infidelidades que involucran a personajes populares en la televisión peruana reciente, preferimos explorar las infidelidades que sí merecen ser vistas: las de la ficción. Estas cintas abordan el adulterio de distintas formas, sea el amor encontrado de la manera menos pensada, o la pasión que se enciende por ingresar al territorio de lo prohibido. Es un top ten muy personal, que va en orden cronológico, y que abarca cintas de diversas épocas. Daría para hablar de muchas películas más.


Por Mariano Viza                                                                             ESPECIALES / INFIDELIDADES


1)Breve Encuentro (Brief Encounter. David Lean, 1945)

David Lean nos cuenta una historia en la que no hay odio sino más bien amor. Un amor prohibido no solo porque ambos protagonistas son casados y tienen sus vidas, sino por la época misma en la que viven. Por azares del destino, un hombre y una mujer cruzan caminos y poco a poco la rutina del día a día hace que se conozcan cada vez más y más. Es así como desarrollan una amistad y posteriormente un romance. Aquí Lean nos muestra como este amor que tanto añora la protagonista se le ve imposibilitado por la misma cuestión social, pero también por las circunstancias en que los encuentros se desarrollan. En ocasiones se ven interrumpidos por conocidos suyos que directa o indirectamente, juzgan los actos de infidelidad. Una verdadera tragedia cuya secuencia con la que más me quedo es la que se desarrolla en los últimos minutos, en la estación de tren.


2) Escenas de la vida conyugal (Scener ur ett äktenskap. Ingmar Bergman, 1973)

En Escenas de la vida conyugal, Bergman nos muestra como una relación supuestamente bien que se va desmoronando poco a poco. La infidelidad es el parteaguas que deparará todo el rumbo de la película y que hace que nos preguntemos si en verdad queremos ver estas discusiones tan largas, con planos que parecen no tener fin. Ahí quizá la intención del sueco a quedarse en largos primeros planos de sus personajes es emular una verdadera discusión, acentuar cómo el tiempo se siente eterno en ciertos momentos. Acá lo que nos interesa como espectadores nunca es ver la infidelidad en sí misma. Más bien, importa la confesión de la infidelidad. Acá Bergman se centra en ver todo lo que sigue después: el papeleo del divorcio, el no querer dejar a la pareja, los sollozos por extrañar al otro y la violencia que conlleva la separación. Es en las discusiones y las lágrimas donde está la carne de la película, una infidelidad invisible que hace caer todo como si fuesen fichas de dominó. No dejen de ver, por supuesto, la versión en miniserie de Escenas de la vida conyugal.


3) La mujer de al lado (La Femme d'à côté. François Truffaut, 1981)

El mítico cineasta de la nouvelle vague nos cuenta el reencuentro de dos personas que se amaron en algún momento de su vida, pero que por azares del destino tuvieron que separarse. Acá vemos esa añoranza por el pasado por parte de Bernard, quien se separó de Mathilde y no esperaba que, después de tantos años, se convierta en su vecina. Como un juego de miradas prohibidos, su romance renace. Las tardes que pasan en el hotel en el que tienen relaciones sexuales hacen que Bernard poco a poco caiga en una locura. ¿Es amor u obsesión lo que siente por “la otra”? El deseo poco a poco se vuelve obsesión llegando hasta la violencia física, y desemboca, al final de la cinta, en un amor de locos. Truffaut dirige esa pasión como una danza de parejas. Cada movimiento bien calculado en que el deseo y la pasión se demuestra con planos largos y silenciosos de ambos personajes.


4) El amigo de mi amiga (L'Ami de mon amie. Éric Rohmer, 1987).

En El amigo de mi amiga, podría pensarse, y con justa razón, que cuando una amistad interfiere en una relación, esta automáticamente se corta, pero acá no es el caso. Rohmer nos cuenta como el deseo y las expectativas que acarrean todo lo romántico se cruzan entre dos amigas: Blanche y Lea. Por un lado, Lea no está más interesada en su novio haciendo que este último forme un amorío secreto con Blanche. Sumado a esto, Lea empieza a tener un amorío con otro hombre. Es una infidelidad amistosa de alguna forma, en la que ninguno sale dañado. Todos ganan porque acá Rohmer no ve el lado melodramático que conlleva la traición. De por sí, nunca tiene ese sentido, sino que muestra este aburrimiento moderno por así decirlo que puede presentarse en las relaciones a partir de cierta etapa. Una especie de laberinto romántico con traiciones consensuadas.


5) Los puentes de Madison (The Bridges of Madison County. Clint Eastwood, 1995)

Clint Eastwood nos cuenta, quizá, una de las historias románticas más tristes del cine norteamericano de los noventa. Vemos como el hogar y la cotidianidad son una especie de cárcel para el personaje de Meryl Streep y que, por solo un breve periodo de tiempo, se da carta libre a vivir su verdadero amor. Robert Kincaid, interpretado por Clint Eastwood, llega a su hogar. Este representa la libertad y el amor a partir de un arte como la fotografía. Aunque ambos saben las ataduras que tienen, Eastwood nos muestra una historia donde la infidelidad no se da por odio ni por pasión de lo prohibido, sino más bien por un sentimiento fuerte cuyo final romperá el corazón de más de uno.


6) Closer: llevados por el deseo (Closer. Mike Nichols, 2004)

Dirigida por el mismo director de El graduado y ¿A quién le tiene miedo Virginia Woolf?, nos cuenta una serie de infidelidades que nacen tanto por amor, deseo, como por odio. Si algo destaco de esta película es la invención de cómo se pasa de suceso en suceso a través de los ingeniosos diálogos que nos denotan la personalidad de estos personajes. Es una cinta que destruye a sus protagonistas en busca del amor. Son egoístas entre ellos por el mero placer que tienen con alguien más, pero, al mismo tiempo, no pueden dejar a su verdadera pareja. Son un ir y venir, cuya mayor virtud la encuentro en cómo sus personalidades son escritas y retratadas.


7) Allen por partida doble: Maridos y esposas (Husbands and Wives, 1992) y Match Point (2005)

Woody Allen en Maridos y esposas nos cuenta la historia de diversas parejas adultas que parecen haber llegado a su techo matrimonial. Por un lado, una pareja acaba de anunciar que se divorciarán porque las cosas ya no iban bien; por otro, una pareja siente como poco a poco su matrimonio se tambalea, aunque se escudan en la idea de que son perfectos mientras todo sale a flote. Allen nos lleva a fondo a estas relaciones ya adultas, con muchos años de casados, donde el amor ya no late como al inicio, y las emociones están a mil por hora. Acá la rutina de la vida misma los ha cansado y llevado a la monotonía de la vida marital. El cineasta pone en mesa temas como la falta de conexión sexual, así como las fantasías que uno tiene con otras mujeres o las personas con las que forma conexión alguna poco a poco. Es así como nuestros personajes alternan con otras personas, ya sea a partir de la separación misma o porque en el camino conocen a alguien más que nace como un amor platónico y que poco a poco deviene en un romance real. Toda esta película se nos cuenta a modo de anécdota, ya que lo que vemos en tiempo presente es una especie de “documental en proceso” acerca de las parejas y las infidelidades.

En el 2005, Woody Allen nos cuenta una historia de amor, traición y suerte, mucha suerte. Acá seguimos al joven Chris Wilton ascendiendo poco a poco socialmente gracias, en primer lugar, a sus habilidades deportivas, pero poco a poco, por estar en el lugar y momento indicado. Es así como conoce el amor, pero también la tentación con dos mujeres, respectivamente. Aunque ama a quien se convertiría en su esposa posteriormente, la tentación por la famosa “otra” hace que su vida vaya yendo en picada poco a poco. Las llamadas se vuelven cada vez más incómodas junto a un sentimiento de necesidad por ver a quien no debería, pero que tanto añora. La infidelidad se presenta no solo como el deseo por alguien más fuera del matrimonio, sino también por el estilo de vida al que podría renunciar. Una vida llena de lujos que hace que Chris Wilton pierda su decencia y humanidad. ¿Qué le conviene a nuestro protagonista, ser fiel a su esposa con una vida insatisfactoria o vivir en la miseria con la mujer que tanto desea, alejado de todos los privilegios que ha ganado? Una película atrapante con un final sorprendente.


8) Secretos íntimos (Little Children. Todd Field, 2006)

A veces la vida rutinaria, alejada de nuestros sueños, puede ser asfixiante y agotadora. Cumplir con los supuestos planes de vida pueden ser al final decepcionantes como tener hijos. Todd Field nos cuenta la historia de dos personas, un hombre y una mujer, que están insatisfechos con su vida. Por un lado, el hombre no tiene trabajo y siente que decepciona a su esposa. Por el otro lado, la mujer se siente atrapada en una vida monótona sin poder cumplir las expectativas de ser madre y con un esposo cuyo interés está en ver mujeres desnudas en línea. Es así como dos almas en pena, gracias a la rutina de juego de sus hijos, se conocen e inician un romance basado en el deseo y lo prohibido. Poco a poco se vuelve un deseo verse mientras a su alrededor todo cae, sea el matrimonio o su vida laboral. El acto de infidelidad se centra en una escapatoria de lo que los amarra a una vida aburrida y sin emoción alguna. Esta última la consiguen en sus encuentros sexuales al escondidas.


9) Los Amantes (Two Lovers. James Gray, 2008)

¿Se puede amar a dos personas? Es la pregunta que se nos hace durante toda la película. Acá seguimos a Leonard Kraditor (Joaquin Phoenix) que, por azares del destino, conoce a dos mujeres en distintos momentos y que las amará por igual. James Gray, director de la cinta, nos muestra a un personaje inocente y vulnerable, que no es consciente de sus propias acciones debido al amor que tanto busca. A través de distintos momentos de la película, veremos su relación con ambas, que nos muestran dos formas de amar: la platónica y por resignación. El final de esta película es trágico y hasta egoísta sea por donde se lo vea. Las dos mujeres que se nos presentan son complejas. Mientras una intenta escapar de una relación en la que ella es la otra, deseando así ser amada y respetada, la otra mujer, sin decirlo explícitamente, clama por un amor que no le es correspondido en su totalidad ya que no tiene la atención completa de Leonard, el protagonista de la cinta. Es acá donde se plantea esta pregunta de si es posible amar a dos personas.


10) Crónica de una relación pasajera (Cronique d´une liaison passagère. Emmanuel Mouret, 2022)

Vista en la Semana del Cine del 2022, es una comedia que puede transitar entre el cine de Éric Rohmer y el de Woody Allen. Emmanuel Mouret nos presenta en esta cinta una pareja de infieles que poco a poco van formando una relación. ¿Está permitido sentir en una relación así? Mouret nos muestra que es posible en cierta medida. Desde el minuto 1 la cinta es risible por lo absurdo que pueden ser sus personajes, y las situaciones que se les presentan, pero también es cálida por cómo se desenvuelven. No tienen esa amargura de la vida misma por hacerle daño a alguien más, ni tampoco ese remordimiento por traicionar a sus verdaderas parejas.


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