"Misión Imposible: Sentencia final" (2025): una última vez
- Gustavo Vegas
- hace 1 día
- 4 Min. de lectura
La octava y última cinta de la saga de Misión imposible llegó a nuestros cines. Aquí un comentario sobre la aventura final de Ethan Hunt y compañía, una despedida a la altura de un gran equipo.
Por Gustavo Vegas Aguinaga CRÍTICA /CARTELERA COMERCIAL

Cada misión que ha tenido Ethan Hunt y su equipo han sido completadas con éxito; sin embargo, la verdadera misión imposible para Tom Cruise, Christopher McQuarrie y compañía fue hallar la manera de cerrar (por lo pronto, al menos) una saga de ocho filmes que abarcan casi 30 años. Si decidimos aceptarlo, tenemos también el encargo de ser testigos del último gran acto, del largo adiós de estos blockbusters increíbles. Quizás como espectadores hemos sido cómplices también de las grandes gestas de Hunt y su equipo, viéndolos desde nuestros asientos, riendo, celebrando y siempre con emoción, como si la pantalla del cine (o la TV o la computadora) fuese una herramienta que nos deja ver la misión en vivo y en directo desde Moscú, el Vaticano, Londres, República Checa, el estrecho de Bering, Sudáfrica y más.
Se nos coloca en frente, asimismo, la difícil tarea de asimilar que este es el final. Claro que para los fanáticos (me incluyo, claro) quisiéramos que sean muchas más películas, pero creo que este es un buen cierre, a puertas de seguir estirando las historias y revivir tramas y personajes y hacer básicamente reciclaje cinematográfico como es costumbre de otras franquicias hoy en día. “McQ” y Cruise han perfeccionado una fórmula que consiste en concentrar los diálogos descriptivos que anuncian los planes inviables para que el nombre de la saga cobre sentido, y luego elaborar set piece tras set piece donde está resumida la esencia de estas películas: la aventura máxima.
Para no alejarme de la labor crítica creo necesario señalar que la película se desgasta en sus mini-dramas políticos, en una primera mitad que busca encapsular las películas anteriores y abusa de los flashbacks que ofrece como pastillas una y otra vez. En fin, adormece un poco. Igual con la severa cantidad de diálogo expositivo que advierte casi todo lo que va a suceder. Lo interesante es ver ese desarrollo, se sabe, pero creo que hay un exceso de este recurso. Uno ve la primera mitad de la película y siente que se está quedando en deuda con el espectador.

Felizmente, y para alejarme de la labor crítica, la segunda mitad de la película nos recompensa con creces. Ese adormecimiento es obliterado enseguida por una acción incesante en la que vemos a un Ethan Hunt que sabe que el fin está cerca, tanto por su edad como por la dimensión de la hazaña a realizar: se trata ahora de vencer a una inteligencia artificial que está a punto de dominar el mundo entero. No habrá, a corto plazo al menos, una misión que supere a esta en cuanto a lo que está en riesgo. Esta trama se condice bien con las problemáticas de hoy en día con respecto al uso de la IA y su rápida expansión a los diversos ámbitos de nuestras vidas. La película, en su fondo, se centra en la batalla que libra el equipo contra los tentáculos digitales de “la Entidad”, y en sus formas, también se pone en contra de estas inteligencias al realizar varias de sus secuencias de manera práctica, con Cruise aguantando la respiración bajo el agua o colgando de un avión que surca el aire. He allí la misión imposible.
A las falencias mencionadas líneas arriba se les podría añadir unos peros en cuanto a montaje y ritmo; sin embargo, en manos de un maestro que supo tomar las riendas de una franquicia y hacerla suya quedan en un segundo plano. McQuarrie le inyecta una frescura salvadora a esta última cinta y agrega fundidos encadenados, transiciones clásicas, planos aberrantes y hasta las características máscaras en un irreprochable afán de volver a las raíces de la saga y su origen cinematográfico en 1996 con esos toques y duplicidades de una leyenda como Brian de Palma (estas duplicidades, entonces, son indudablemente hitchcockianas). Queda para otro día la explicación de la herencia de Hitchcock en toda la saga de Misión Imposible, pero es innegable que existe un suspenso latente en cada hazaña de Ethan Hunt y su equipo.

Ahora, disculpen la comparación, pero no se me ocurre otra figura que la de un futbolista en retiro que juega su última temporada y hace un partido de despedida para describir el último tránsito de Ethan Hunt. En sus últimos encuentros aparecen nuevas y jóvenes figuras (Greg Tarzan Davis, Pom Klementieff, Katy O’Brian) que integran su equipo y va dejando la batuta (¡la cinta del capitán!) a otro compañero experimentado, y en su partido de despedida aparecen otros jugadores reconocidos y antiguos socios, como lo son aquí Holt McCallany, Sha Whigham, Charles Parnell, Mark Gattis, Nick Offerman, Rolf Saxon, Henry Czerny y más. Juegan juntos, se ríen, se pasan la bola, se divierten y dan un buen espectáculo. Se aplauden y le hacen un pasillo a Tom Cruise para que pueda tener el homenaje debido. Así se retiran las estrellas.
Es difícil decir adiós a una de las mejores y más entretenidas sagas de los últimos años (y décadas) y, aunque no esté a la altura de las entregas más logradas, Cruise y “McQ” saben cómo despedirse bien: hay dos largas secuencias en la segunda mitad de la película que se hallan entre lo mejor que han hecho. Se trata de desafíos gigantes que Hunt debe sortear, claro, como en cada película, pero están hechos con una destreza digna de aplaudir, con la idea clara que debían superarse a sí mismos para esta última entrega. El agente pasa de ir y correr en tierra a sumergirse en las profundidades más oscuras del océano para terminar haciendo maniobras de alto riesgo entre las nubes sudafricano; cubre y domina cielo, mar y tierra en un despliegue total de habilidad, acción y, definitivamente, cine. Si en la primera película cae del techo y se desliza hasta el suelo en una de las escenas más reconocibles, aquí toca lo más hondo del mar para terminar en lo más alto. No sólo es un gran triunfo para los personajes, sino para las películas en general. Uno de los mejores estrenos del año.
Kommentare