top of page

"Pecadores" (2025): blues, tradición y vampiros

Luego de sus dos exitosas entregas de Pantera Negra, el director Ryan Coogler trae una propuesta original donde reflexiona sin tapujos el poder de la cultura y cómo siempre estuvo bajo amenaza de perderse en una arrasadora modernidad.


Por Marcelo Paredes                                      CRÍTICA /CARTELERA COMERCIAL

“Pecadores” (2025). Fuente: ScreenCrush
“Pecadores” (2025). Fuente: ScreenCrush

En 1932, en el Mississippi segregado, los gemelos Smoke y Stack (ambos interpretados por Michael B. Jordan), veteranos de la Primera Guerra Mundial, regresan a su ciudad natal para abrir un bar. Allí ambos se reencuentran con su primo Sammie (Miles Caton), un talentoso guitarrista de blues. Pronto, una amenaza sobrenatural emerge, poniendo a prueba sus lazos familiares y su lucha por la supervivencia en un entorno marcado por la opresión racial.


Hace unos años, Jordan Peele nos entregó la magistral ¡Nop! (Nope, 2022). Allí el cineasta planteaba cuestionamientos sobre el espectáculo y cómo este, en la actualidad, lo devora todo sin distinción alguna. Además, como en sus películas anteriores, Peele situaba a los afroamericanos en el centro, reivindicando su rol en el espectáculo y dándoles cabida como héroes en un mundo acaparado por blancos. En una línea similar a la del director de ¡Huye! (Get Out, 2017), Ryan Coogler trae, tras su paso por Marvel, una historia sobre cultura y reivindicación. Y lo mejor es que, lejos de hacerlo de manera fácil con un drama autoproclamado “prestigioso”, prefiere recurrir al terror, contando una historia de vampiros donde la sangre de sus víctimas no es lo único que desean tomar.


Ya desde las palabras que abren el relato entendemos que esta será una historia sobre tradición, con leyendas transmitidas de generación en generación y las resignificaciones que estas sufren con el paso del tiempo. En este caso, dicha tradición se orienta hacia la música, y, por el lugar y la época en que se sitúa la historia, es inevitable pensar en alguien como Robert Johnson, aquel legendario guitarrista de blues que, se dice, pactó con el diablo para obtener su talento. Así, la cinta parte de ese don sobrenatural que la música puede tener, funcionando tanto de forma divina como maligna si su propósito se desvía, siendo el personaje de Sammie quien es tentado por ese camino.


La tentación es otro elemento clave en la película. Coogler sabe que todo don conlleva tentaciones, y que el mal, en cualquier cultura, siempre encuentra formas de escabullirse para pervertir aquello que se concibe como sagrado. Aquí es donde la presencia de los gemelos cobra relevancia, ya que ambos representan dos caras de la cultura afroamericana. Aunque en apariencia cumplen con el estereotipo de criminales, al conocerlos se evidencian las distintas formas en que ven el mundo: uno más abierto a los placeres de la vida, y el otro más apegado a las tradiciones de su cultura.

"Pecadores" (2025). Fuente: Imagen Miami
"Pecadores" (2025). Fuente: Imagen Miami

Por eso su unión es crucial: juntos conforman un equilibrio, tomando un poco de todo para poder ser libres, probar lo nuevo y conservar lo valioso que les da identidad. Cuando ese equilibrio se rompe, surgen los problemas, y es precisamente la llegada de los vampiros lo que lo desencadena. Esto da pie para hablar de su presencia en el relato. A lo largo de la historia del cine, el vampiro ha sido caracterizado como un ente maligno que seduce a sus víctimas para someterlas, ofreciéndoles a cambio algo que desean. Los vampiros de Coogler no son la excepción, representan ese mal que pretende apropiarse de un don divino que, erróneamente dirigido, puede corromperse con facilidad.


El conflicto de Sammie y los gemelos gira en torno a eso: encontrar su lugar en el mundo, caminando por la delgada línea entre el bien y el mal, con la libertad como único objetivo. ¿Será acaso esa falsa promesa de libertad lo que el mal usará para atraerlos? Yo creo que sí, y es ahí donde el cineasta, sin descuidar el relato, encuentra el punto de contacto ideal entre pasado y presente. Por un momento creí que la película tomaría la vía más simplista de hacer que los vampiros fueran personas de tez blanca, solo para subrayar un mensaje válido, pero fue un alivio comprobar que no era así.


En su lugar, los blancos son solo un punto de partida, demostrando que el mal no distingue color de piel y que busca más bien recolectar una variada gama de talentos provenientes de distintas culturas para homogeneizarlos. Al ver eso, es inevitable pensar en cómo el mundo moderno intenta estandarizar la cultura, haciendo que las tradiciones pierdan sus rasgos identitarios y se banalicen en el proceso. Ante las opciones de entregarse por completo a ese mal o replegarse bajo un yugo estricto como el de la fe, Coogler plantea una tercera vía: mantener los valores inculcados, pero con la libertad de abrirse camino mediante el arte y seguir siendo auténtico.


Viéndolo en retrospectiva, el cine del director siempre ha tratado sobre eso: cómo los tiempos cambian y los valores peligran frente a nuevas amenazas, siendo solo alguien que combine lo mejor de dos mundos (la tradición y la autenticidad que aporta la juventud) capaz de mantener el equilibrio. Al final, el sueño de los gemelos, que por sus ambiciones individuales no pudieron concretar, se realiza gracias a Sammie, quien, mediante importantes sacrificios, logra abrirse paso en libertad.

"Pecadores" (2025). Fuente: IMDB
"Pecadores" (2025). Fuente: IMDB

Por otro lado, quiero dejar en claro que la cinta no está exenta de fallas. Esto se percibe, por ejemplo, en la cantidad de personajes que presenta, lo cual sobrecarga el guion y retrasa lo mejor de la historia. Asimismo, hay una escena que aparece tras los créditos que, al menos en un primer visionado, me pareció innecesaria, pues altera parte de lo que tan bien se había construido, dándole un nuevo significado que considero sobrante. No es algo que arruine por completo las ideas de la película, pero sí hace que pierda esa mayor redondez que al menos en un primer instante parecía tener.


En conclusión, Pecadores (Sinners) es una buena película que no debe ser pasada por alto. A pesar de algunos tropiezos, es un filme disfrutable que vale la pena explorar por su gran escala, su riqueza visual y su compromiso con géneros como el western, el terror e incluso, por momentos, el musical, así como con los temas que aborda. Es una historia que, con el horror como punta de lanza entre los géneros mencionados, es intrigante, violenta, terrorífica e intensa, nutriéndose de una tradición cinematográfica (que va desde La cosa de John Carpenter hasta Django sin cadenas de Quentin Tarantino) sin caer en solemnidades, y que logra decir más sobre el mundo en que vivimos que muchas otras obras que buscan ser tomadas en serio de manera forzada.


Por último, también es una celebración genuina de la cultura. Reconoce la diversidad en la que habitamos y hace un llamado urgente a su preservación frente a un sistema que busca reducirla a una simple mercancía. En un tiempo donde lo diferente tiende a diluirse, Coogler propone que el arte, cuando nace de un lugar auténtico, puede ser resistencia, memoria y libertad al mismo tiempo.



Comments


Los trabajos firmados son de responsabilidad de los autores. Esta página web se realiza con fines absolutamente educativos.

logo (2)kkk-02.png

UBÍCANOS

Avenida Javier Prado Este N.° 4600
Urbanización Fundo Monterrico Chico
Distrito de Santiago de Surco 
Provincia y Departamento de Lima

© Universidad de Lima, 2019

Todos los derechos reservados

LOGO_HORIZONTAL_600x300-04.png
bottom of page