Retrospectiva Misión Imposible. Parte dos: amenaza externa e interna
- Marcelo Paredes
- hace 3 días
- 6 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días
En esta segunda parte de la retrospectiva, la saga de Misión: Imposible se reinventa sin traicionarse, dándonos en su lugar una mayor uniformidad y continuidad de cada nueva historia.
Por Marcelo Paredes ESPECIALES / MISIÓN IMPOSIBLE

Lo que observaremos en el repaso de estas dos películas es el inicio de la saga tal cual se le conocer ahora. Por un lado, Brad Bird convierte a Ethan Hunt en el eje de un relato de fallos (tecnológicos, institucionales, personales) que solo pueden superarse a través del trabajo en equipo. Por el otro, la llegada de Christopher McQuarrie inicia una indagación mucho más íntima sobre la figura del héroe: un Ethan que, luego de haberse definido por su eficacia, empieza a cuestionar el peso de sus decisiones, la confianza que deposita en el sistema y el verdadero sentido de su lucha. En ambas películas, Cruise deja claro que no se trata solo de sobrevivir a las misiones, sino de reconstruirse a partir de ellas.
Misión: Imposible – Protocolo Fantasma (2011): el héroe necesita aliados
Si algo nos prueba esta película, por encima de todo, es lo especial que es Ethan Hunt, siendo más que un simple agente. Ya al inicio vemos que otro miembro del equipo falla en una misión, por lo que debe ser él, con sus habilidades particulares, quien vuelva para arreglar lo que deba ser arreglado. Si tenemos en cuenta el contexto real, donde el estudio estaba considerando buscar un reemplazo para liderar la saga, era evidente que Tom Cruise tenía que protagonizar una película en la que demuestre que solo él es capaz de liderar esto.
Ahora vemos a un Ethan Hunt mucho más seguro de sí mismo, producto también de los años que lleva haciendo esto. Pero, así como la experiencia se acumula, también se acumulan las cicatrices; y en esta cuarta entrega, hay algunas que aún no han sanado. Lamentablemente, a pesar de que la tercera parte parecía cerrar con un futuro positivo, donde la vida de agente y la de esposo podían convivir en equilibrio, Protocolo Fantasma (Missión: Impossible – Ghost Protocol) nos muestra el fracaso de esa resolución. Es el primero de muchos fallos que se verán a lo largo de la cinta.
Porque sí, si algo también se comenta mucho de esta entrega, es cómo numerosos gadgets fallan, lo que demuestra la desconfianza que generan las nuevas tecnologías, especialmente cuando se pretende depender únicamente de ellas para solucionarlo todo. Ahí se encuentran los dos pilares temáticos que trabaja la película: los errores del pasado y los del presente, que solo pueden superarse con el apoyo de las personas correctas. En ese sentido, el rol de Brad Bird como director es fundamental. Además de traer consigo un espíritu lúdico, una trama de espías clásica y el gusto por la aventura a gran escala, producto de su pasado en la animación, también introduce algunas de sus preocupaciones personales, en especial la importancia del trabajo en equipo para resolver problemas, reconociendo lo que hace especial a cada integrante, algo que expone perfectamente en Los increíbles (The Incredibles, 2004).

Con eso en mente, Cruise elabora junto al cineasta un relato que exalta la figura del héroe no solo como individuo, sino como alguien que, sin el apoyo debido, no podría funcionar plenamente. Si bien desde entregas anteriores ya se había establecido la relevancia del equipo en las misiones, es en un contexto como el de esta película, donde los aliados son escasos y solo es posible moverse entre las sombras, que será gracias al valor que el equipo aporta que Ethan podrá cumplir su objetivo. Además, así como su presencia es funcional en lo operativo, también es con ellos que las cicatrices del pasado (tanto las suyas como las de los demás) comienzan a sanar. Es el caso de los personajes de Jane Carter y, especialmente, de William Brandt, quien, al tener un pasado vinculado a Ethan, comprende que, si no hay transparencia en el equipo, no solo fallarán los aparatos, sino también las personas.
Eso es, creo yo, lo fascinante de Protocolo Fantasma. A nivel de espectáculo, hay cosas que todavía me impresionan (la tensión que siento durante la secuencia del Burj Khalifa es tan intensa que hasta me sudaron las manos de los nervios). Pero más allá de eso, esta sigue siendo una película que le da nuevos rasgos a Ethan Hunt como personaje: alguien que, para ser tan bueno en lo que hace, también necesita del apoyo de otros para brillar. Es con ese respaldo que podrá seguir velando por quienes estén (o no) cerca de él.
Misión: Imposible – Nación Secreta (2015): Ethan Hunt y su sombra
Con la llegada de Christopher McQuarrie a la silla de director, Tom Cruise parecía tener claro que el viaje de Ethan Hunt debía volverse mucho más introspectivo respecto a lo que su rol como héroe representa dentro de la saga. Luego de que en entregas previas se explorara tanto física como psicológicamente su arsenal de capacidades frente a un entorno siempre cambiante, ahora tocaba indagar a fondo en aquello que lo define. En ese sentido, tanto esta película como la que le sigue (Misión: Imposible – Repercusión) parecen formar una suerte de díptico dedicado a revisar la mitología forjada durante casi dos décadas desde el inicio de todo, siendo Nación Secreta (Missión: Impossible – Rogue Nation) una especie de primer ensayo: un momento en el que Ethan debe mirarse al espejo y preguntarse quién es y quién podría llegar a ser si todo lo hecho previamente se desvirtuara.
La existencia de Lane como antagonista, así como la del Sindicato, representa en cierto modo ese destino alternativo para Ethan: uno en el que se ve obligado a moverse por las sombras, distorsionando su sentido de moral respecto a lo que significa velar por el bien de la humanidad. Cuando lo ve por primera vez a través del cristal de la cabina de vinilos, se marca ese encierro mental al que Lane lo somete, sembrando la duda hacia aquellos a quienes se supone debe servir, como es el caso del gobierno. En medio de esa desconfianza, el protagonista tendrá que romper las barreras impuestas, mirar de frente ese futuro desprovisto de virtuosidad y probar que aún existe un sistema en el cual confiar, incluso con sus fallas, encontrando siempre el modo de reparar las grietas cuando sea necesario.

Pero también surge una pregunta clave a lo largo del camino: ¿realmente vale la pena hacer todo esto? La aparición de Ilsa plantea precisamente ese cuestionamiento. Ella, al igual que Ethan, también confió en su gobierno y fue traicionada, viéndose obligada a vivir en un círculo vicioso del que no parece poder escapar. Con ella, la visión alterna que representaba Lane se complejiza, ya que, al tener a alguien que ha vivido lo mismo y que además lo ve como un posible aliado, las opciones de dejarlo todo y velar únicamente por ellos mismos se vuelven tentadoras.
Sin embargo, Ethan comprende que el bienestar colectivo siempre estará por encima del suyo (una idea que cobra más fuerza en Repercusión), y que no debe permitir que su misión, legal o no, se vea comprometida. Lleva una vez más sus capacidades al límite con tal de salvar a quienes deben ser salvados. McQuarrie entiende que Ethan Hunt ya no es solo el típico héroe de acción que cumple órdenes; si actúa como lo hace es porque las personas confían en él, creyendo, quizá ciegamente, que el destino siempre estará de su lado.
Puede parecer un razonamiento imprudente, pero como menciona el personaje de Alec Baldwin (funcionando como una declaración directa del director hacia la audiencia), Ethan Hunt es la manifestación viva del destino. Y si él es capaz de lograr que este juegue a favor del bien común, entonces ese destino se cumplirá. En conclusión, resulta muy interesante cómo Nación Secreta pone sobre la mesa todas estas ideas, con un Tom Cruise que ya desde entonces nos pedía seguir adelante con él, porque el viaje todavía tenía mucho más por ofrecer, y esas secuencias de acción magníficas lo prueban. Y no se equivocó, porque lo que vendría después sería la comprobación definitiva de esas intenciones, siendo este enfrentamiento con su reflejo torcido, como mencioné al inicio, apenas una primera prueba.
Hasta aquí damos por finalizado el segundo bloque de la retrospectiva. En la tercera y última parte abordaremos la sexta y séptima película (Misión: Imposible – Repercusión y Misión: Imposible – Sentencia Mortal).

Comments