top of page

“Asteroid City” (2023): los secretos del universo

Wes Anderson tiene una nueva película en cines, una comedia dramática con toques de ciencia ficción y arrebatos metaficcionales.


Por Hitoshi Isa Kohatsu CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

Asteroid City
“Asteroid City” (2023). Fuente: Filmaffinity

Empieza con una trasmisión televisiva. Bryan Cranston, en su mejor imitación de Rod Serling, nos introduce a la historia de una obra teatral, su autor y los actores que la interpretaron. Se llama Asteroid City, y toma lugar en un pueblo pequeño en el desierto del mismo nombre, bautizado por el asteroide que se estrelló en el área durante la prehistoria. Esta atracción turística es ahora el centro de una convención de “cadetes espaciales”, niños prodigio.


Este evento pone el escenario, por así decirlo, para nuestro reparto de actores. Un fotógrafo (Jason Schwartzman) que trata de lidiar con la muerte de su esposa es acompañado por su audaz pero socialmente incompetente hijo (Jake Ryan), sus curiosas hijas, así como por su suegro (Tom Hanks). Una actriz (Scarlett Johansson), un general de cinco estrellas (Jeffrey Wright), otros participantes del evento espacial, científicos, vaqueros, una profesora de primaria y su clase son personajes variados que son pronto unidos por un inexplicable suceso.


En paralelo esta la “historia de la historia”. Un autor (Edward Norton) trata de encontrar significado en su propia escritura, un director (Adrien Brody) está determinado a seguir su trabajo mientras su vida personal se desmorona, y actores luchan al buscar las motivaciones de sus personajes. La narrativa es -se nos cuenta- una recreación de una recreación, una ficción sobre una ficción: los actores interpretan a actores que interpretan a los personajes.

Asteroid City
“Asteroid City” (2023). Fuente: Filmaffinity

La ficción se desarrolla en 1955, un año marcado por la paranoia del gobierno, la incertidumbre sobre la bomba atómica y la muerte de James Dean. La paleta es saturada y poco contrastada, con ricos amarillos y naranjas que dominan la amplia pantalla, para establecer el setting desértico, en yuxtaposición con el infinito cerúleo del cielo. Los matices son polvorientos e irreales, enfatizan una plasticidad que remite a la idea que estamos ante una recreación.


El otro relato, el programa televisivo que cuenta la producción de la obra, está encasillada por un aspect ratio cuadrado, ajustado a un hipotético programa de los años cincuenta. El estilo distante de dirección da la perfecta idea de que lo que vemos se desarrolla en un estudio de tres paredes. Es la imitación de un escenario teatral en un set de televisión. Estas secuencias están en blanco y negro, reflejan y discuten los sucesos de la colorida ficción, mientras los actores conversan sobre cómo se pueden relacionar con el guion y hacer sentido de los eventos.


La historia dentro de la historia es un recurso que Anderson ha sabido utilizar en el pasado. Ya sea el estilo de novela con el que Alec Baldwin narra The Royal Tenembaums (2001) -distanciándonos inicialmente del drama familiar, solo para acercarnos una vez que sus personajes son desenmarañados-, o las capas de relato oral en El gran Hotel Budapest (2014), en la que se enfatiza la memoria de un pasado más colorido. En Asteroid City, este tipo de narrativa es empleado para explorar una temática casi existencialista.

Asteroid City
“Asteroid City” (2023). Fuente: Filmaffinity

Los eventos de la obra son aleatorios, las vidas de los personajes son afectadas profundamente por hechos que no tienen sentido, generando una angustia y cuestionamiento. Ya sea la muerte de un ser querido o la existencia de vida en otros planetas, las personas que han venido a este pueblo tienen su mundo vuelto un caos sin una razón en particular. Ese es el punto, por supuesto. No todo puede ser entendido completamente.


Tras bambalinas, los actores y mentes creativas detrás de esta supuesta producción teatral tienen sus vidas interrumpidas por la destrucción de relaciones personales, la dificultad para conectar con el material o incluso la muerte misma. Dudas, incertidumbres y preguntas sin respuestas. Los paralelismos se descubren lentamente mientras avanza la película. Lo teatral se combina con lo cinemático para crear dos cuentos enfocados en la imposibilidad de encontrar significado en la anarquía de la existencia.


De no ser por el aparato posmoderno a través del cual se desenvuelve Asteroid City el resto sería territorio bien explorado para el director. Fondos planos, simetría en la composición, primeros planos con la cara de un actor bien puesta en el medio, dirección de arte elaborada, movimientos de cámara laterales que acompañan el movimiento de los actores, actuaciones secas, personajes que tratan de distanciarse de sus problemas a través de seudo intelectualismo, esa única fusión de comedia estoica y sutil tragedia. Cualquier “tropo” que se pueda asociar con Anderson se encuentra en el filme. Pero es esa combinación de estilo y contenido que lo ha hecho un artista tan interesante.

Asteroid City
“Asteroid City” (2023). Fuente: Filmaffinity

Adicionalmente, se debe de notar que es un largometraje particularmente claustrofóbico con su economía de escenarios y sets, los cuales el espectador termina memorizando a tiempo para que los créditos rueden. Los confinados y limitados espacios en los que los personajes se encuentran reflejan el aislamiento que todos experimentamos durante dos años. Eso sin mencionar que hay una literal cuarentena en la narrativa. Es un elemento que se puede identificar fácilmente y añade a la incertidumbre que se explora, relacionando ese catastrófico evento real con la confusión que se ve proyectada en la pantalla.


Asteroid City, como la mayoría -por no decir todas- de las películas de Wes Anderson, va a conectar profundamente con algunos en la audiencia y dejar a otros insatisfechos con lo que acaban de ver. Anderson nunca ha podido hacer menos que plasmarse a sí mismo completamente en la pantalla y eso lo ha hecho un artista reconocible. Esta última entrega en su catálogo tiene todo lo que sabemos que podemos esperar de él y a veces eso es suficiente para tener un buen rato en el cine, cuestionándonos qué significa todo esto.


bottom of page