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“Hater” (2020): el odio en la era digital

Actualizado: 23 jun 2023

La cinta del polaco Jan Komasa es uno de los títulos más atractivos que han aparecido en streaming.


Por Ana Lucía Alva CRÍTICAS / NETFLIX

“Hater” (2020). Fuente: IMDb
“Hater” (2020). Fuente: IMDb

Hater fue realizada en el 2018 y tuvo su estreno mundial a inicios del 2020. Fue uno de los primeros filmes en ser interrumpidos por el brote del COVID-19. El director Jan Komasa aborda distintas entradas a la sociedad actual. Las diferencias de clase y la política son los intereses de un intenso y prolongado relato, narrado con elegancia y furor.


El joven Tomasz Giemza (Maciej Musiałowsk) se obsesiona con Gabi (Vanessa Aleksander), la hija de una acomodada familia que lo mantiene y le paga los estudios universitarios. Al comenzar a trabajar en una empresa de relaciones públicas, Tomasz tiene como tarea arruinar la carrera de un candidato presidencial. A través de las redes sociales, se encargará de difundir mensajes maliciosos con el fin de sabotear esa candidatura. Tras convertirse en un ingenioso manipulador, Tomasz tiene por objetivo principal conquistar a la chica de clase alta.


Desde el inicio de la película, el personaje principal comienza a tejer una red de mentiras, que enganchan sigilosamente al espectador. El suspenso se acrecienta y nos inserta en un mundo perturbado y maligno. Por ello, el punto fuerte del largometraje es el protagonista. Hater nos involucra en la vida de este joven universitario de alto potencial dominador. La sumisa y macabra empatía generada por Tomasz asusta y pone la piel de gallina. La destacada actuación de Musiałowsk no nos permite dudar ni pestañar en alguna de sus firmes acciones. Por el contrario, nos hace sus cómplices directos.


Por otro lado, a pesar de su larga duración, uno se llega a involucrar de manera profunda con el ritmo lento y pausado de la película, un tanto armónico y poético. La cámara recorre espacios guiados por el personaje principal, y desemboca en encuadres cerrados, mayormente fijos, que se tornan inquietantes. A la mitad del filme, se exhibe la dinámica de los videojuegos en línea, que se reviste de apariencias lúdicas y fantasiosas que en el fondo no son tan distintas de las redes sociales, y que ocultan los odios más arraigados.


La nueva película de Jan Komasa nos transporta a un mundo cínico y egoísta, como espejo perverso de la realidad en que vivimos.




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