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“Los asesinos de la luna” (2023): el mal oculto

Martin Scorsese estrenó en salas su más reciente película, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Robert De Niro. El cineasta nos transporta a una Norteamérica en los años veinte, cubierta de traición, crimen y mucha violencia. Nos demuestra que su calidad está más viva que nunca.


Por Alberto Ríos CRÍTICA / CARTELERA

los asesinos de la luna
"Los asesinos de la luna" (2023). Fuente: The Independent

Luego de El Irlandés, el aclamado director Martin Scorsese regresa a la gran pantalla con Los asesinos de luna, una película que está basada en el libro de no ficción del mismo nombre escrito por David Grann. Aquí el director estadounidense colabora con sus dos grandes actores fetiche, Robert De Niro y Leonardo DiCaprio, para contar un drama histórico que aborda cuestiones de crímenes, corrupción y discriminación racial en el Estados Unidos de entreguerras.


Los asesinos de la luna se desarrolla en la década de 1920 en Fairfax, una región del noreste de Oklahoma. Mediante un prólogo a blanco y negro que emula los noticieros y paneles de títulos de la época del cine mudo, Martin Scorsese cuenta que Fairfax era la zona con los mayores ingresos per cápita, con los miembros de la Nación Osage como principales beneficiarios. Esto se debía a las generosas regalías que recibían gracias a la abundancia de pozos petrolíferos dentro de su territorio. Es por eso que los vemos luciendo ostentosas joyas y desplazándose en lujosos automóviles con choferes blancos.


En este escenario, conocemos a Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio), quien regresa de la guerra y busca una oportunidad profesional a través de la invitación de su tío, William Hale (Robert de Niro), un influyente hombre de negocios con conexiones en la comunidad Osage. Las características del personaje interpretado por Robert de Niro evocan las de los jefes mafiosos que Martin Scorsese ha retratado en algunas de sus películas más aclamadas, como Buenos muchachos y Casino. Pronto descubriremos que, de hecho, está teniendo lugar una actividad criminal en la región de Osage, siendo la historia contada uno de los primeros casos del FBI.

Los asesinos de la luna
"Los asesinos de la luna" (2023). Fuente: The New York Times

Ernest contrae matrimonio con Mollie (Lily Gladstone), miembro de una de las muchas prósperas familias de pueblos originarios. Una de las cuestiones intrigantes que Martin Scorsese explora a lo largo de la narración es si en este enlace existe un auténtico amor o si se trata simplemente de un interés en adquirir gradualmente una parte de los considerables ingresos de los Osage. Lo que resulta innegable es la desencadenante y sostenida ola de violencia que adquiere rasgos de genocidio: las tierras y las ganancias se vuelven irresistibles para los colonos blancos, y los Osage son despojados de sus posesiones a través de artimañas, engaños e incluso homicidios a sangre fría.


Alrededor de la bondad que puede haber aparentemente en ciertos momentos, existe un mal subyacente, oculto. Por ejemplo, el personaje de De Niro parece tener un interés en apoyar el matrimonio de su sobrino. A Ernest le aparece la oportunidad que necesitaba luego de regresar de la primera guerra mundial. Pero su matrimonio resulta un regalo envenenado de Mefistófeles, cuando su ambición y las órdenes de su tío lo obligan a atentar incluso contra su familia y la mujer que dice amar con el objetivo de quedarse con el dinero del petróleo. Es que “el diablo no regala nada sin recibir algo a cambio”, reza el dicho popular.

Los asesinos de la luna
"Los asesinos de la luna" (2023). Fuente: Le Bleu du Miroir

No es ninguna novedad decir que DiCaprio es uno de los grandes actores estadounidenses de su generación, pero sí lo es decir que estamos frente a una de las mejores interpretaciones de su carrera. Acude a todos los recursos que ofrece su gestualidad, su entonación y su manejo del cuerpo para dar vida a un personaje que tiene muy pocas luces, que es corto de mente, pero muy ambicioso. Un redneck norteamericano en toda regla. Lily Gladstone es la gran revelación de la cinta. Su manejo de las emociones, su papel como como salvaguarda moral del protagonista, y su manejo del humor, brillan con luz propia a la par de sus compañeros de reparto.


La fotografía de Rodrigo Prieto, habitual colaborador de Martin en la última década, es limpia, pulcra y de una potencia visual avasallante, evocando al western más clásico. La producción se muestra ambiciosa a la hora de remitir a esos años. A pesar de las apariencias, la violencia se encuentra presente de manera constante en la película. Sin embargo, Scorsese opta por el uso del fuera de campo o actos sin excesiva pirotecnia, lo que nos lleva a enfocarnos más en el sufrimiento de los personajes y su entorno. Este enfoque es muy diferente al que hemos visto en muchas de sus películas a lo largo de su extensa filmografía.


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