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“Los Fabelman” (2022): el cine como forma de vida

Actualizado: 23 jun 2023

Steven Spielberg ofrece en Los Fabelman la película más personal de su filmografía: una historia sobre la obsesión de un joven por dedicarse al cine.


Por Alberto Ríos CRÍTICAS / CARTLERA COMERCIAL

“Los Fabelman” (2022). Fuente: Conocedores.com
“Los Fabelman” (2022). Fuente: Conocedores.com

En Los Fabelman (The Fabelmans, 2022), el veterano director Steven Spielberg se aleja de los grandes blockbusters como Tiburón, Parque jurásico o la saga de películas de Indiana Jones para ofrecernos una cinta mucho más íntima y personal. Spielberg explora su propia historia de forma explícita para contar el inicio de su relación con el cine, pero al mismo tiempo nos muestra sus conflictos familiares, todo a través del filtro ficcional que ofrece el séptimo arte.


La película nos muestra la historia de Sammy Fabelman, un niño que descubre y se enamora del cine luego de ir a una función de El espectáculo más grande del mundo junto a sus padres. Este nuevo interés es apoyado por su artística madre, Mitzi (Michelle Williams). Su padre, Burt (Paul Dano) es un ingeniero eléctrico que apoya el trabajo de Sammy, pero lo considera una mera afición.


Con el paso del tiempo y la llegada de la adolescencia Sammy (Gabriel LaBelle) comienza a dirigir sus propias producciones cinematográficas amateur junto a sus compañeros de los boy scout, las cuales son protagonizadas por sus hermanas y amigos. Mientras edita un video de un paseo familiar luego de que su familia se muda al oeste, descubre una dura verdad sobre su madre que redefinirá la relación entre ambos y lo llevará a dudar respecto a su interés por seguir haciendo cine.


Spielberg no se anda con sutilezas a la hora de presentar la trama. No hay grandes metáforas, ni momentos que busquen ser más complejos de los que se pueden ver a simple vista. Pero en esa simpleza es que reside gran parte del interés y poder de la cinta. En varios momentos es una carta abierta donde el director expone su relación personal con el arte de hacer cine.

“Los Fabelman” (2022). Fuente: Hipertextual
“Los Fabelman” (2022). Fuente: Hipertextual

Toda relación tiene un punto de inicio. Cuando el niño Sammy ve en la gran pantalla El espectáculo más grande del mundo de Cecil B. DeMille, queda fascinado por las imágenes que ve en la gran pantalla. Las luces se proyectan en su cara, mientras esta adopta una expresión de asombro y miedo. Es el inicio de una relación y obsesión que marcará al protagonista.


Sammy desarrolla una obsesión por la cámara. A partir de ese momento la búsqueda de hacer cine es lo que definirá el sentido de su vida. Desde una de las primeras escenas se puede notar una incipiente búsqueda por dedicar la vida al cine de manera inconsciente. Sammy pide trenes de juguete para Hanukkah. Pero en lugar de jugar con ellos busca recrear la escena de la película de DeMille. Empieza a pensar en planos cinematográficos, poniendo los ojos a la altura del tren y dejando que pase. Repite ese juego decenas de veces, como si de repetir tomas se tratase. Pero luego no se contenta con solo ello. Busca poder filmar la escena mediante una pequeña Super 8 de su padre. Es desde ahí que se puede entender que Sammy funciona como un alter ego del propio Spielberg, descubriendo la creación cinematográfica a través de una obsesión casi infantil, comenzando a vivir por y para el cine.


Desde ese momento, la cámara se convierte en eje central en la vida de Sammy. Comienza a filmar sus propias producciones junto a sus amigos, que se van tornando poco a poco cada vez más ambiciosas. Empieza a aflorar la voz del autor. Desarrolla ideas propias, aprende a dirigir a sus actores. La cámara también está presente en su vida familiar. Filma paseos, salidas familiares y se convierte en su escape personal ante los problemas que lo comienzan a aquejar. Filma una película de guerra, en la que dirige con tanto cuidado a uno de sus amigos que la actuación es digna de un profesional. Improvisa un travelling con un coche de bebe, se las ingenia para crear la ilusión de un disparo perforando la cinta con un alfiler, dando señas de ir empezando a domar el artificio del cine.


Será filmando uno de los paseos familiares que Sammy descubrirá un secreto familiar. Lo interesante de esta revelación es su forma de aparecer, casi en el tercer plano de una toma en que su familia aparece disfrutando de su paseo familiar. Sin embargo, el cineasta sabe el poder de aquello que se esconde en escondido en el fondo, pero que genera un gran magnetismo hacia la imagen. La fuerza visual, lo que se quiere contar no siempre es lo que se muestra a simple vista. Sammy descubre el poder del cine no solo como algo mágico, sino como también cruel y revelador. De allí en adelante todo pegará un fuerte vuelco en la vida de los Fabelman. Las relaciones se comienzan a romper, los secretos comienzan a salir.

“Los Fabelman” (2022). Fuente: Amblin
“Los Fabelman” (2022). Fuente: Amblin

En el tercer acto la familia Fabelman, aquejada de problemas, se muda a California porque el padre comenzará a trabajar en IBM. Sam (ya no quiere ser llamado Sammy) comienza a sufrir bullying antisemita por parte de sus compañeros de clase, sale con una chica cristiana y ve como la relación de su familia se rompe cada vez más. El protagonista filma el “día de pinta de su secundaria”: un paseo a la playa para los alumnos de último año. Cuando el filme es proyectado en la fiesta de graduación hace ver al mayor de sus bullies como un “héroe dorado”, porque así su película “se vería mejor”. En ese punto Sam sabe del poder que tiene para alterar la realidad dentro de un filme, para contar historias y crear mitos. Es el cine como arte transformador.


Los Fabelman es una historia sobre el descubrimiento y enamoramiento hacia el cine, pero no desde un punto de vista cinéfilo, sino desde la necesidad de filmar, de entregar la vida detrás de una cámara. El diálogo que da el personaje del tío Boris lo enmarca todo “El arte te dará coronas en el cielo y laureles en la tierra, pero también te arrancará el corazón y te dejará solo”. Pese a ello, Sammy tiene aquella necesidad.


La última escena cierra y resume todo: después de hablar con cierto personaje, Spielberg corrige el plano de Sammy caminando hacia el horizonte. La metaficción y el guiño hacia el espectador es evidente. Es una cinta clásica, elegante y sin pretensiones, donde el director habla con maestría sobre su infancia, sus intereses y obsesiones, explicando su forma de ver el mundo a través del acto de crear imágenes y lo hace con la belleza y finura de un maestro del séptimo arte.



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