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“Manco Cápac” (2020): la Odisea del Inca

Actualizado: 23 jun 2023

La última película de Henry Vallejo, que aún mantiene chances para ser nominada a los premios Óscar, narra el tránsito de su protagonista como un viaje mítico y de ricas sugerencias.


Por Paolo de Lima CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

“Manco Cápac” (2020)
“Manco Cápac” (2020)

Después de una serie de premios y distinciones en ciudades como Lima, Nueva York, Londres y Tokio, Manco Cápac (2020) de Henry Vallejo (Puno, 1970) llega por fin a nuestras salas de cine. Escribo estas líneas tras ver la película en la fecha de estreno y mientras transcurre su primera semana de exhibición. He leído en redes comentarios que comparten mi entusiasmo por la película, a la que denomino como extraordinaria, y otros califican como “tremenda”, “aguda”, con capacidad para “conmover” y con “mucho coraje”. Empecemos incluyendo como información argumental lo que nos brinda la sinopsis: “Elisban llega desde su pueblo a Puno para encontrar a su amigo Hermógenes, con quien iba a trabajar, pero un retraso lo estropea todo. Desamparado, sin un jornal ni techo, sobrevive de pequeños trabajos inestables”.


Manco Cápac es una película que convence desde su presentación inicial, que marca de manera nítida la ubicación social del protagonista: un sin-lugar. La cámara muestra a un Elisban sentado en el suelo al fondo de un bus llegando a la ciudad. La cámara está colocada fuera del bus y con inteligencia muestra en paralelo el recorrido final del vehículo a través del reflejo de sus ventanas por las calles de Puno hasta el terminal. Es entonces cuando empieza propiamente la película. Elisban baja, pregunta por una dirección, busca un medio de transporte (taxi, mototaxi) para llegar a su destino, la casa de su amigo Hermógenes, pero esta queda muy lejos, en las zonas altas, y solo cuenta con un sol en los bolsillos. Ese es todo el dinero que posee el protagonista. Un mototaxi no cobra menos de dos soles cincuenta, por lo que Elisban tendrá que hacer la ruta a pie.


Al llegar a su destino, Elisban se da con la noticia de que su amigo ya tuvo que marcharse rumbo a La Paz en Bolivia. ¿Qué hacer ahora? ¿Cómo comer, dónde dormir? En función a ello transcurre Manco Cápac y la Odisea de Elisban, quien permanentemente sufre rechazos de todo tipo. Solo cuenta con DNI como identificación, no tiene teléfono ni recibos de agua o luz para poder enganchar con algún puesto de trabajo. Se agencia algunas labores minúsculas (cavar una zanja en la propiedad de una persona x, repartir volantes para un restaurante, atender esporádicamente mesas en un pub) que no le dan para conseguirse un techo. Paralelamente, auxiliándose del frío con periódicos viejos, Elisban se convierte en una suerte de flâneur (la palabra no le viene nada mal al personaje) que mira con atención distintas actividades de las calles de la ciudad: desfiles musicales, artistas callejeros, etc.

“Manco Cápac” (2020)
“Manco Cápac” (2020)

Uno de los aspectos que más conmueven de la película es la excelente actuación realizada por Jesús Luque Colque como Elisban. Es él quien otorga verosimilitud al relato, sumado al inteligente registro cinematográfico del director Henry Vallejo. La cámara de Manco Cápac sigue permanentemente al protagonista (prácticamente en el 99% de las tomas y escenas). Como un testigo exterior, la película ha sabido introducir sus silencios y sus gestos, dándoles valiosos segundos de calidad que permiten ahondar en su personalidad. Toda esta carga resulta altamente informativa y valorativa de cara al desenlace de la película. Es en su notable, sorpresiva y emotiva escena final donde Elisban adquiere hondura como personaje. Se da el lugar que a lo largo de Manco Cápac era la incógnita e inquietud (¿cómo salir de un círculo vicioso?). Todo adquiere sentido. Elisban se queda con nosotros y con nuestras paseantes monedas. Pero las connotaciones se vuelven múltiples y profundas como el mismo mítico nombre de la película. Toda una lección narrativa por parte de un director formidable.


Dos comentarios finales. La exhibición de Manco Cápac de Henry Vallejo, a tan solo dos semanas de la partida del pequeño genio Óscar Catacora (Puno, 18 agosto 1987 – 26 noviembre 2021), me pareció un implícito y muy justo homenaje. Por último, unas líneas para algunos de los actores de Manco Cápac que aparecen como personajes secundarios: los experimentados Gaby Huaywa y Mario Velásquez, Yiliana Chong (a quien ya conocemos de películas como Madeinusa o Paraíso) y Julissa Paredes. Y es que otro de los grandes méritos de la película es el saber incorporar con notable realismo el universo social (personajes, calles, lugares, etc.) que la ciudad de Puno, telúrica y cosmopolita, ofrece. El espíritu de Óscar Catacora como que renace en Henry Vallejo, de la mano de Jesús Luque Colque, quien representa con gran dignidad artística a nuestro primer Inca, el jamás olvidado Manco Cápac. De ahí venimos. De ahí seguimos siendo.





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