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“Sonido de Libertad” (2023): más controversia que película

La última película protagonizada por Jim Caviezel ha sido todo un hito en las salas de cines. No por su majestuosa calidad cinematográfica, sino por el revuelo que se armó en redes alrededor de ella. Tanto gente a favor como en contra de la cinta generaron que llegue a salas de todo el mundo, incluyendo las de Perú. ¿Pero es acaso Sonido de Libertad la gran película que dicen que es o está siendo sobredimensionada por ambos lados?


Por Mariano Viza CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

Sonido de libertad
“Sonido de libertad” (2023). Fuente: KSL News

Hay que reconocer cómo una película de pequeño presupuesto (15 millones de dólares) pudo recaudar, a la fecha, un poco más de 190 millones de dólares mundialmente, según Box Office Mojo. Entre tanta franquicia, secuela, precuela, remake y demás, es bueno ver que una película pueda sostenerse por varias semanas y llevando gente a las salas. Sin embargo, aquí no se destaca la taquilla porque cantidad no es calidad.


De inicio mencionar que siempre es bueno ver películas que aborden temas crudos y fuertes. El cine bebe de la realidad y es común ver casos fidedignos retratados en la pantalla grande con ciertas licencias. Puede, directa o indirectamente, que una película venga con una carga política. Hay una intención detrás de cada director, o productor en este caso, de tener cierta agenda con su trabajo y Sonido de Libertad (Sound of Freedom, 2023) no es la excepción. En Perú se ha presenciado cierto revuelo al mezclarse la cinta con la clase política, lo cual es parte también del marketing de la misma. Sin embargo, más resuena la ideología que las cualidades de la película.


Lo primero que pensé al ver esta película es que fácilmente su historia puede recordar en un inicio a Paul Schrader. Tiene muchos ecos a Hardcore, Taxi Driver y, en menor medida, a First Reformed. En estas cintas, los protagonistas se adentran en un mundo de corrupción, pecado y suciedad. Por un lado, en Hardcore se ve a un padre adentrarse al mundo del cine snuff con tal de recuperar a su hija perdida, mientras que en Taxi Driver a un veterano de Vietnam salvando a una niña víctima de la prostitución. La temática sobre niños víctimas de grupos pedófilos o dedicados al tráfico infantil no ha sido ajena al cine. Por último, los ecos a First Reformed van hacia el lado de como el protagonista se adentra en la causa que guiará su camino en toda la duración del metraje. En la cinta de Schrader se ve a un sacerdote empaparse de todos los desastres medioambientales, mientras que en Sonido de Libertad vemos al agente informarse sobre el tráfico infantil. Ambos, al darse cuenta de lo que sucede, deciden tomar cartas en el asunto.

Sonido de libertad
“Sonido de libertad” (2023). Fuente: Diario El Gobierno

Agregar también You were never really here, Spotlight o Grâce à Dieu, siendo estas dos últimas enfocadas en casos directos con la iglesia y que beben de hechos fidedignos. En la primera vemos a un exmilitar dedicado a rescatar jóvenes víctimas de trata de personas y que, por un caso en específico, se involucra con personas con poder en la sociedad. En la segunda se trata de un grupo de periodistas investigando abusos sexuales cometidos en la iglesia. Por último, en Grâce à Dieu vemos a un grupo de víctimas ya adultas haciendo frente a su abusador años después.


En todas las películas mencionadas, vemos a protagonistas marcados por el mundo en el que viven. Tienen heridas, no son perfectos y constantemente sufren sea física o psicológicamente. El camino que atraviesan no es fácil. Está marcado por un constante fracaso hasta lograr su objetivo planteado. En el caso del filme producido por Verástegui es todo lo contrario.


Tim Ballard tiene casi la vida perfecta: casado, su esposa lo ama, sus hijos están sanos y es bueno en su trabajo. Sin embargo, a pesar de haber dedicado su carrera a ser un agente especial que captura pedófilos, no ha logrado rescatar ni un solo niño. Es a partir de ese hecho en particular que decide tomar cartas en el asunto y la cinta arranca. Su oficina no le niega ayuda alguna hasta que el presupuesto se agota, pero de milagro consigue un financista mismo Bruce Wayne con todos los recursos ilimitados. Durante toda su misión se libra de daño alguno, no sufre rasguño ni es herido de bala. Es como si estuviese protegido por el viento de la rosa de Guadalupe. Desde que toma consciencia del problema se considera como el único salvador sin poner en tela de juicio lo que sucede en su propio país. Es absurdo pensar en un héroe que piensa primero en el resto del mundo antes que en su propia gente.

Sonido de libertad
“Sonido de libertad” (2023). Fuente: Diario El Gobierno

El guion es muy predecible. Se pasa del punto A al B sin generar tensión alguna o sensación de que algo verdaderamente podría salir mal. Estoy completamente seguro que adentrarse y salir de la selva colombiana es algo realmente difícil sabiendo que un grupo rebelde está al acecho de cualquier intruso. La construcción visual tampoco es la octava maravilla. Por momentos abusan de las frases clichés o de los diálogos religiosos evocando a la figura de Dios. Fácilmente podría sentirse como una película que va directo a video en la que alguna calidad visual no existe ni cuando la pantalla se va a negro. No hay ni un solo plano memorable o una dirección de fotografía sorprendente. Simplemente, todas las áreas cumplieron a la medida con su trabajo.


Hablar sobre la polémica sería algo absurdo ya que, a título personal, voy a ver la película, no a buscar algún esbozo de ideología, sea de izquierda o derecha, con un detector cargado de moral. Esta película pudo ser un documental de 3 horas en el que el mismo Tim Ballard exponga todas sus experiencias frente al tráfico infantil, sumado a un gran material de archivo y declaraciones fidedignas de víctimas. No niego ni desmerezco sus acciones realizadas para frenar un mal que aqueja a la sociedad, pero si esta era la gran película que tanto se hablaba, y en algunos casos se temía, de grande tiene solamente el humo que generó a su alrededor.


En resumidas cuentas, Sonido de Libertad destaca más por su revuelo generado en redes que por sus cualidades artísticas o técnicas. Por el momento se verá como “la película que Hollywood no quiere que veas”, frase completamente absurda, pero a la posterioridad, probablemente sea recordada como una película más del montón, que sirvió más como candidatura política de su productor, que como una auténtica obra de expresión artística.


Hay películas que exponen el mismo tema de una mejor manera. A continuación, la lista:

  • Taxi Driver (1976) (dir. Martin Scorsese)

  • Hardcore (1979) (dir. Paul Schrader)

  • You Were Never Really Here (2017) (dir. Lynne Ramsay)

  • Wind River (2017) (dir. Taylor Sheridan)


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