top of page

“Suzume” (2022): el valor de reencontrarse con una misma

Actualizado: 21 jun 2023

La nueva película de Makoto Shinkai (Your Name) explora la pérdida. Aparece la memoria como una herramienta sanadora ante las más duras tragedias.


Por Sha Sha Gutiérrez CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

“Suzume” (2022). Fuente: The New York Times
“Suzume” (2022). Fuente: The New York Times

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler

Alejandra Pizarnik


Pocas veces me quedo en una sala de cine hasta el final de los créditos, con el corazón en la mano y las luces encendidas, con la extraña sensación de haber recuperado algo que no sabía que había perdido. Por ello, no siento más que gratitud por la última película de Makoto Shinkai: Suzume (2023).


El filme, de corte fantástico, tiene el folklore japonés de El viaje de Chihiro (2001) y algunos guiños a El castillo ambulante (2004) en su representación del héroe consumido por la soledad en un determinado y crítico momento de la historia. En las tres películas, tenemos a mujeres jóvenes como protagonistas, dispuestas a luchar por sus seres amados y restaurar el orden en sus vidas o el mundo. Se trata, entonces, de personajes en proceso de aprendizajes y reconfiguración de sus identidades.

“Suzume” (2022). Fuente: Web News Observer
“Suzume” (2022). Fuente: Web News Observer

Pero a diferencia de los filmes de Miyazaki antes mencionados, Makoto Shinkai elige la orfandad y el duelo como punto de partida. Suzume es una estudiante de preparatoria que perdió a su madre desde una temprana edad. Debido a ello, su tía decide adoptarla y criarla como una hija suya. Lejos de ser una persona melancólica, Suzume es determinada y entusiasta. Sueña con ser enfermera como su madre y, en su habitación, conserva el regalo que ella le hizo por su cumpleaños: una silla con tres patas. ¿Por qué tres y no cuatro? La película parece sugerir que el cuatro representa la unidad y la funcionalidad, mientras que el tres la falta y el absurdo (¿cómo sentarnos en una silla de tres patas? ¿cómo sobrellevar el duelo por la muerte de una madre?). La pérdida de un ser querido trae consigo la pérdida de una parte de nosotros mismos, y esto es algo con lo que Suzume deberá lidiar a lo largo del filme.


Su memoria es la puerta a otro mundo que ella olvidó o reprimió hasta que conoció al otro protagonista de la historia: Souta, un forastero proveniente de la ciudad de Tokyo que se cruza en su camino y le pregunta dónde se encuentran las ruinas de su localidad. Algo se despierta en ella al conocerlo. Su memoria, como la tierra frente a los sismos en Japón, se remueve y la impulsan a seguir el rastro de este desconocido. Grande será su sorpresa al descubrirlo ejerciendo su rol de sellador de portales que conectan el mundo de los vivos con el de los espíritus. Cuando estos portales se abren, una gran fuerza oscura se libera y provoca sismos, muertes y destrucción. Por ello, Souta adopta una vida itinerante y viaja a lo largo y ancho de su país en búsqueda de puertas que cerrar. Su capacidad de identificar estos portales es un don heredado o transmitido por sus antepasados.

“Suzume” (2022). Fuente: IndieWire
“Suzume” (2022). Fuente: IndieWire

En ese sentido, Souta mantiene viva la memoria de los otros. Mientras un amplio sector de la sociedad evita acudir a las ruinas que persisten en los alrededores de sus pueblos, clausurando senderos y carreteras, Souta logra sellar los portales recordando a las personas que antiguamente vivían allí. Las ruinas, entonces, adquieren otro sentido. Son un espacio liminal, pero también sagrado. Por ello, Souta recita un mantra al momento de sellar los portales.


La necesidad de recuperar la memoria individual y colectiva frente al horror del pasado es un tema ya abordado por Shinkai en Your Name (2016), pero en Suzume la pérdida tiene otra magnitud porque la protagonista, desde un inicio, todavía está sobrellevando el duelo por la muerte de su madre. Por ese motivo, considero que esta película es más que una historia de romance. Suzume emprende una travesía por su memoria fracturada para reencontrare consigo misma y este es un viaje que, llegado el momento, deberemos afrontar cada uno de nosotros a solas, dejándonos caer, dejándonos doler, como indica Pizarnik en el epígrafe de esta reseña.


Sin embargo, esta no es una película sobre el sufrimiento, sino sobre el deseo de vivir. Por esta razón, Suzume destaca por el humor y la esperanza. La protagonista no teme vincularse con quienes la rodean, demostrándonos su apertura al mundo. Souta, por otra parte, resignifica la silla de tres patas, la cual pasa de objeto a sujeto, con capacidad de pensar, sentir y hablar. Comentario aparte merecen la banda sonora y los personajes secundarios, cuya construcción narrativa es tan sólida como la de los protagonistas. En resumen, estamos frente a una joya de la animación japonesa y quizá la mejor película de Makoto Shinkai.



bottom of page