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“Distancia de rescate” (2021): la tensa maternidad

Actualizado: 27 jun 2023

La nueva película de Claudia Llosa para Netflix adapta la novela, del mismo nombre, de la argentina Samantha Schweblin y mezcla su drama con elementos fantásticos propios del terror.


Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / NETFLIX

“Distancia de rescate” (2021). Fuente: Netflix Latinoamérica
“Distancia de rescate” (2021). Fuente: Netflix Latinoamérica

Distancia de rescate, la nueva película de Claudia Llosa, presenta algunas de las preocupaciones que se hicieron evidentes en sus filmes anteriores: la relación entre madre e hija (o hijo), el temor de ver a los hijos crecer, y hasta la ansiedad que se tiene por perderlos. Esto resulta en una película temáticamente rica que, a pesar de desmoronarse ligeramente hacia el final, termina siendo superior a muchas de las historias previamente contadas por Llosa. El hecho de que resulte inclasificable, haciendo uso de varios elementos propios de géneros como el terror, ayuda a que Distancia de rescate se sienta como una experiencia original, muy diferente en tono, incluso, a filmes como Madeinusa o La teta asustada.


La protagonista de Distancia de rescate es Amanda (María Valverde), una mujer que llega con su hija Nina a un pequeño pueblo argentino, de población mínima y pocos ajetreos. Es ahí donde conocen a Carola (Dolores Fonzi), quien poco a poco le revela a su nueva amiga que tiene una relación difícil con su hijo, David. Así, entran a tallar los elementos fantásticos de la trama: David ha cambiado tanto que parece ser otra persona. ¿Pero es esto una metáfora, o algo que debería tomarse de manera literal? Distancia de rescate apunta a ambas posibilidades, dándole la oportunidad al espectador de elegir la que crea ser verdadera.


Vale la pena admitir que son los elementos fantásticos, precisamente, los que amenazan con desmoronar una narrativa por lo demás intrigante. La aparición de una Casa Verde, con su única habitante, una señora aparentemente capaz de curar enfermedades gravísimas sin ser una doctora, nos coloca en una situación un poco chocante, dando a entender que Distancia de rescate no es la película que uno creía iba a ser desde un inicio. Las consecuencias de la primera escena en dicha locación —narrada a través de un flashback— son importantes, pero a la vez, resultan ligeramente inverosímiles, especialmente cuando la película llega a un final que no se siente igual de coherente que el resto de la película.

“Distancia de rescate” (2021). Fuente: Netflix Latinoamérica
“Distancia de rescate” (2021). Fuente: Netflix Latinoamérica

Sin embargo, son estas escenas las que convierten a Distancia de rescate en un filme de género variado, en donde Llosa mezcla lo onírico con lo verosímil, lo emocionalmente verdadero, con lo más fantástico. La película maneja un tono casi de ensueño, con muchas de las escenas diurnas llevándose a cabo durante la “hora mágica”, con colores extremadamente cálidos, y una puesta de sol casi permanente. El hecho, además, de que la historia se lleve a cabo en un pueblo alejado de las ciudades grandes y de la tecnología, ayuda a que uno sienta que los personajes están atrapados en una burbuja atemporal, en donde lo que más importa son sus relaciones interpersonales… pero nada más. El resto del mundo es invisible; lo que destaca son las mujeres y sus hijos.


Porque Distancia de rescate tiene mucho que decir sobre las preocupaciones que muchas madres tienen con relación a sus hijos; de hecho, el título del filme se refiere a la distancia que una madre tiene para poder rescatar a su hijo o hija si le pasa algo malo. Es decir, el hilo invisible que los conecta todo el tiempo, y que le permite proteger. Por ende, tanto Amanda como Carola viven situaciones con las que seguramente muchos espectadores podrán empatizar, haciendo que se pregunten qué harían si es que sus hijos cambiaran, desaparecieran, o crecieran. Ese cambio, en el que el infante dulce e inocente pasa a ser un adolescente más frío y menos interesado en el cariño material, está siempre en el subtexto de la historia, como algo que inquieta a los personajes sigilosamente.

“Distancia de rescate” (2021). Fuente: Netflix Latinoamérica
“Distancia de rescate” (2021). Fuente: Netflix Latinoamérica

Las actuaciones de María Valverde y Dolores Fonzi ciertamente ayudan a transmitir los temas anteriormente mencionados. Ambas son representaciones opuestas de la maternidad. Una mujer se preocupa muchísimo por su hija, siempre pendiente de lo que está haciendo o donde está, mientras que la otra se ha resignado, habiendo aceptado que su hijo ha cambiado ya para siempre. Por momentos, se sienten más como “representaciones” de seres humanos o ansiedades, pero ambas actrices hacen todo lo que pueden para humanizarlas, especialmente durante los momentos de mayor conexión interpersonal.


No obstante, el trabajo visual de Llosa y su director de fotografía, Oscar Faura, ayuda a elevar tanto el contenido temático como las situaciones que los personajes viven, haciendo que el pueblo y sus alrededores se sientan como un lugar vivo y superficialmente paradisiaco. Ya se han mencionado los tonos cálidos y la “hora mágica”, pero vale la pena resaltar la utilización de las cámaras en mano, que permiten al espectador sentirse más cercano a los personajes. La dirección de Llosa se siente orgánica y personal, lo cual ayuda a que los componentes fantásticos no se sientan tan fuera de lugar.


Distancia de rescate es, posiblemente, la película que más he disfrutado de Claudia Llosa (considerando, por supuesto, que su estilo de dirección y narración nunca han sido muy de mi agrado). Lo que tenemos acá es una experiencia cuasi onírica y sensorial a través de diferentes secuencias, desde el chocante prólogo con una mujer siendo arrastrada por el piso, hasta la (casi) permanente sensación de suspenso que inunda a la película. Es un filme, pues, que mezcla drama con la fantasía propia sobre todo del terror y el suspenso, para presentar una historia temáticamente rica, pero de desarrollo irregular. Felizmente, ninguno de sus defectos termina por arruinar ese vínculo que logra desarrollar con el espectador, preocupado por el enlace emocional entre madres e hijos.



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