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En el vasto contenido que se encuentra disponible en YouTube hay un recopilatorio de videos que resignifica imágenes y sonidos del mundo político y de la televisión del espectáculo en Perú, principalmente de los años noventa. Una recopilación que subvierte y mira de frente el retrato de un país que se presenta deforme y monstruoso en las pantallas de la TV basura, y que puede verse como complemento de Vivo o muerto: el expediente García, que aún se encuentra en cartelera.
Por Francisco Torres CRITICA / YOUTUBE
En un contexto marcado por el gobierno de Fujimori y los programas televisivos como principal medio de entretenimiento, la recopilación de este material trata de usar distintos videos a modo de sátira de lo que sucedía en el país por aquellos años, así como el continuismo de estas características hasta principios de los años dos mil.
No es extraño pensar que las figuras políticas siempre han sido bastante impopulares en la opinión pública peruana. La corrupción y su enfoque egoísta son parte fundamental de la desconfianza arraigada en la sociedad peruana, caracterizada por el cinismo. Desde los famosos vladivideos hasta actitudes cuestionables o divertidas de políticos como Alan García y de figuras televisivas, ya sea intelectuales como Marco Aurelio Denegri o de la farándula como Laura Bozzo en su época, los años noventa en Perú representaron un período en el que la televisión fue el principal medio para exponer estos acontecimientos.
Lo interesante de esta recopilación en ciertos momentos es observar cuánto ha cambiado y cuánto no la televisión nacional. Al ver a personajes populares en su momento, que ya no están presentes en el ojo público debido al fin de su época dorada o a su fallecimiento, se confirma que la televisión nacional no ha cambiado tanto en la forma en que se estructuran los programas de noticias y entretenimiento. En ocasiones, estos programas recurren al escándalo o la ironía al mostrar a figuras que, aunque importantes en la sociedad, se ven envueltas en situaciones que afectan negativamente su imagen.
Gracias a la edición, que en momentos se asemeja a una repetición en bucle, y la inclusión de sonidos ajenos al material original, estos videos presentan un enfoque diferente a su propósito inicial y generan humor. Sin embargo, surge un gran problema al buscar estos contrasentidos, ya que, aunque inicialmente suscita interés y nos refleja como sociedad, llega un punto en el que la repetición de ciertos tópicos y sonidos cansa y debilita el mensaje en su intento de ser un recopilatorio con la duración de un largometraje. El ritmo mismo no es difícil de digerir debido a la velocidad de cada video, sino al uso constante de los mismos elementos cómicos.
La búsqueda constante de ser un producto basado en la alteración del found footage hace que no funcione de la misma manera un material que, de por sí, ya resulta gracioso desde su origen. En momentos específicos, como la repetición de palabras graciosas para reforzar lo que se dice, sí funciona, pero en otros, al distorsionar exageradamente lo dicho o una acción concreta, solo genera un momento de sorpresa pasajera.
Pueden ver el largometraje completo en el siguiente enlace: