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En el marco del Festival de Cine Al Este, tuvimos la oportunidad de entrevistar a una de las actrices que protagonizó Saint Omer, aclamada película francesa que llegó a ser preseleccionada para los premios Oscar.
Por Marcelo Paredes ENTREVISTAS / GUSLAGIE MALANDA
Saint Omer (2022) cuenta cómo Rama, una joven novelista, asiste a un juicio que, sin que lo sepa, cambiará su vida. Laurence Coly, la juzgada, es acusada de matar a su hija de 15 meses por haberla dejado abandonada a la orilla del mar. ¿Hay duda de que lo haya hecho? En lo absoluto, porque ella misma fue quien se declaró culpable. Así, el juicio servirá para entender qué fue lo que la motivó a cometer dicho acto, y será su testimonio, así como el de otras personas allegadas a Laurence, lo que hará que Rama replantee sus decisiones del presente con base en su pasado, uno que, sin saberlo, comparte más de lo que cree con la acusada.
Esta es una película particularmente dura, porque sin ser gráfica o tan explícita en sus descripciones (casi todo transcurre en el juicio), abruma por lo difícil que es entrar en su exploración moral. Es el choque cultural y generacional en lo que a la maternidad se refiere, lo que te pone sobre la mesa muchas preguntas, cuyas respuestas serán encontradas recién luego del visionado. Si es que la directora Alice Diop consigue ese efecto en la audiencia, es gracias, en parte, a un nombre: Guslagie Malanda, quien da vida de manera formidable a la acusada Laurence Coly.
Tuvimos la oportunidad de conversar con la actriz francesa. Entre los temas tocados en esta entrevista, están su acercamiento a la historia, su preparación física y mental al abordar el personaje, y la relevancia de una película como esta para las mujeres de hoy.
¿Qué te motivó a aceptar un papel como este? ¿Cómo intestaste acercarte al hecho real en que se basa?
Al principio tuve miedo, porque sentí que sería un rol un poco difícil. Al ser un juicio que se basa en un hecho real, me tenía preocupada cómo podría hacerle frente, pero rápidamente me di cuenta de que para una actriz es fascinante adentrarse en la historia, más aún si es tu personaje el que está al centro de todo. Además, aceptar la propuesta de Alice Diop significaba prepararme para esta actuación durante varios meses. Fue todo un reto mantenerme por cuenta propia lejos del mundo exterior, y así poder interiorizar de mejor manera la historia de Laurence Coly.
Traté de no vincularme mucho con el hecho real para así poder tener toda mi atención en el guion. Pero más allá de querer crear una versión “propia” del personaje, algo que no era del todo posible al tener diálogos sacados directamente del juicio real, sí podría considerar que terminé dándole una interpretación propia a cómo el personaje se desenvuelve en cámaras, mas no en lo que habla.
¿Cómo fue para ti procesar un guion que toca un tema tan duro, y de una manera compleja?
La primera vez que leí el guion me pareció que era una historia durísima, pero no dejé que eso me sobrepasara. Más bien lo vi como una aventura. No podía dejar que me abrume completamente, ya que sabía que era parte de mi trabajo asimilar como mejor creía posible un guion así. No es que simplemente lo leas, memorices y vayas a decirlo todo en el set el día de la grabación. Así no es como esto funciona. El guion tiene que ser la base de todo, es la herramienta esencial para actuar, pero ahí no queda el asunto. Una vez que lo tengas aprendido, debes prepararte al momento de ejecutarlo, al estilo que lo hace un atleta.
¿De qué manera manejaste esa conexión con el personaje de Rama en lo que respecta al origen africano de ambas? ¿Cómo fueron las conversaciones con la directora sobre ese aspecto?
Honestamente, diría que no hubo conversación alguna con la directora en cuanto a la construcción del personaje de Laurence Coly. Todo su mundo, dentro de la película, es lo que dice durante el juicio. Son palabras que, como dije, fueron sacadas directamente del caso real. Leyendo el guion, progresivamente me fui transformando en ella. Por ello, no sentí la necesidad de conversarlo. Además, no deseaba conocer opiniones acerca de la mujer real en la que se basa mi personaje o el juicio.
Lo que sí conversamos fue la postura del personaje en todo momento. El hecho de que esté parada y mirando a la misma dirección siempre fue una decisión de ambas. De ahí ya todo lo que involucraba la cuestión emocional, tanto interna como externa, fue un trabajo que quise hacer sola para evitar juicios de terceros. El objetivo de mi personaje es ser escuchada, por lo cual reflexionar acerca de algún vínculo con otros solo haría que pierda la concentración del personaje como tal.
Sé que puede sonar narcisista, lo sé, es solo que me pareció la mejor manera de ser ella. Estar en su burbuja alejada de todo tipo de prejuicios. Eso incluía a la propia directora, a quien agradezco que me haya dado esa libertad, de tener solo al guion como única y potente herramienta. Ella me ha ayudado a proteger mi propia visión.
¿Qué mensaje crees que tu personaje y Saint Omer puede dar a las mujeres en la actualidad?
Tal vez encontrar esa profunda confrontación que puede haber con la maternidad, y lo dura que esta también puede ser. Sabemos que la maternidad, lamentablemente, podría estar en muchos casos ligada a la violencia. Una historia como la de Laurence Coly puede ser el reflejo de muchas otras historias reales. Eso nos permitiría reconocer que lo que se entiende por maternidad no siempre es algo “bonito”. En muchas ocasiones el ser madre implica lidiar con ese tipo de violencia cotidiana, del día a día. La idea es ampliar el panorama de una idea ya tan preconcebida, sabiendo que más allá de lo positivo se puede hallar una profunda oscuridad.