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The Midnight Gospel es una serie que se ha encargado de romper, desde distintos puntos de vista, la filosofía vital de cada espectador. La nueva producción de Netflix nos coloca dentro de un universo surreal en el que se mezcla la animación con distintas entrevistas a personas en particular. La idea parte de Pendleton Ward, el creador de Hora de aventura y Duncan Trussel, un comediante y actor conocido por su podcast The Duncan Trussel Family Hour, en el que entrevista a diferentes personalidades de la cultura norteamericana.
Por Ana Lucía Alva CRÍTICAS / NETFLIX
Fuente: IMDb
Esta propuesta reúne la creación visual de Pendleton y el material recaudado por las entrevistas de Truessel para dar vida a Clancy, personaje principal de la serie, quien cuenta con un simulador de planetas por el que viaja a distintos mundos y entrevista a variados personajes para su podcast llamado The Midnight Gospel. Como era de esperarse, el surrealismo de Ward nos narra de una forma extraña una constante transición de espacios y metáforas visuales casi explicadas como para un niño, mientras que las entrevistas realizadas por Truessel tratan temas complejos para el adulto actual, como la vida, la meditación, las emociones, la muerte y la reencarnación.
Con un inicio un tanto convencional (dentro de la ya mencionada narrativa de Ward) Clancy viaja al primer planeta, un mundo atacado por zombis. Es ahí donde se encuentra con su primer entrevistado, un presidente. La conversación arranca y el intercambio de palabras empieza a fluir de manera dinámica y rápida, lo cual plantea una mecánica de discurso que será la herramienta utilizada en todos los demás episodios. En esta oportunidad, la conversación entre los personajes nos inserta brevemente hacia una mirada panorámica sobre la vida y sus perspectivas, la cual se desarrollará a lo largo de los demás episodios.
A través de los colores pasteles y la existencia de criaturas extrañas, como payasos bebes, zombis, animales que hablan o especies submarinas, se empieza a indagar en el famoso concepto conocido como “El ciclo de la vida” (punto desde el cual se abrirán todas las vertientes y los temas a tratar). Conforme la serie avanza, entendemos que existen disciplinas, personas, situaciones y substancias que pueden llevarnos, como seres humanos, al máximo autodescubrimiento. Los diversos planetas son el escenario perfecto para que Truessell comparta, en cada capítulo, dichas recopilaciones y podcasts con diversos maestros y escritores de la meditación, la magia, la muerte, entre otros.
Fuente: IMDb
A partir del capítulo “Medita como cristo” y hasta casi el final de la temporada, los diversos personajes cuentan experiencias personales, en las cuales han vencido y logrado trascender cualquier situación y/o emoción interna gracias a la teoría de la introspección. Un claro ejemplo es Anne Lamott (animal entrevistado). Anne y Clancy se dirigen a un matadero, lugar donde esta sierva será procesada. En ese momento nos cuenta como, a través de la desgracia, le fue posible ejercer su rol de escritora, mencionando temas como la ansiedad, las mentes rotas, el miedo y la pérdida del ego, mostrándonos la forma de aceptar esas diversas situaciones y emociones, y teniendo en cuenta que es ahí donde recién empieza el viaje real, el interior.
Los psicodélicos episodios de tan solo 20 minutos avanzan y la exploración del ser continúa y, siguiendo la extensa línea de la meditación y respiración consciente. Aparecen también vertientes como la magia y el dominio de las emociones para llegar a la “iluminación”. Son distintas ideologías de vida forjadas en esta serie, lo que explica el público adulto al que apunta y su gran densidad de contenido. Como espectadores encontramos distintas “varitas mágicas” para poder despertar y llegar al “yo superior”. Uno nace con un alma ya existente, mediante la cual debe ser capaz de cuidarse, quererse, mejorarse y reconocerse como individuo terrenal, no perdiendo de vista las distintas capas y planos del universo, y teniendo como clave algunas prácticas para el correcto desarrollo del alma.
“…Mientras más cerca estés de tu poder; más fuerte es tu energía y más conectas contigo mismo…”, reflexiona Clancy tras regresar de alguno de los planetas. Corriéndonos de la posición de “oyentes” hacia los zapatos más cercanos a la realidad, casi al final de la serie, se encuentra el gran punto de quiebre. Todo el discurso ajeno y las entrevistas se ven interrumpidas cuando Clancy no logra acceder a ninguno de los planetas y se ve obligado a indagar dentro de el mismo. Es por ello que los papeles se invierten y mediante el personaje principal, bajamos a la realidad todo lo dialogado. Sin escapatoria a sus propios problemas. Clancy nos muestra con su ejemplo que al aceptar la realidad y vivir en el presente, dejaremos de esperar y desear cualquier otra cosa.
Fuente: IMBd
Finalmente, tras entender la infinidad del universo y sus herramientas nos vemos situados, frente a frente, con la muerte, uno de los tabúes más grandes para la sociedad. “…Todo es transitorio, todo es vacío, y todo lo que creíste era tu eternidad fue un sueño hasta que te despertaste…”, comenta la entrevistada en esta ocasión. “Muerte; me encantó conocerte” y “Desde adentro” son los nombres de los dos últimos capítulos de esta temporada, los cuales son una excelente conclusión para las enseñanzas llevadas a cabo. El final llega cuando el alma y el cuerpo han logrado construir perfecta armonía y así trascender de nivel. Lidiar con la muerte nos ayuda a estar muy presentes en el momento, y así nos damos cuenta de los espacios de realidad primigenia, los cuales no cuidamos en lo cotidiano al aceptar ser reprimidos por la sociedad.
En conclusión, estas secuencias animadas utilizan un discurso visual paralelo al texto, pero plasmado en situaciones metafóricas y/o “bizarras”. Es así como atraen al espectador a la conversación y lo hacen formar parte de la exploración del tema, pero ¿es posible absorber toda la información dada sin perdernos en el camino? La alborotada serie está estructurada paulatinamente, repartiendo la cantidad extrema de información en distintos episodios, los cuales cuentan con una estructura narrativa que sigue los mismos pasos que el tema central: el ciclo de la vida. Cada unidad es un distinto viaje, pero la temporada completa tiene un ritmo de nacer (presentación del yo); crecer (introspección al “yo superior”) y una vez que se obtiene la divinidad, nos topamos con la muerte y/o el desapego de algún vínculo terrenal, para finalmente, una posible reencarnación (fin de la serie).
En tiempos de encierro solo nos queda explorar nuestro rincón interior hasta que podamos ir de nuevo al exterior. The Midnight Gospel escapa del mundo convencional y estimula nuestras mentes hacia distintas percepciones.