Vargas Llosa en el cine. Adaptaciones y más.
- Gustavo Vegas
- 14 abr
- 3 Min. de lectura
El fallecimiento del célebre escritor peruano y Premio Nobel de Literatura obliga a recordar su vasta y aclamada obra de ficción, ensayo y más, la cual fue en numerosas ocasiones tratada a través del cine. Aquí un breve repaso por el vínculo del literato con la gran pantalla.
Por Gustavo Vegas Aguinaga ESPECIALES / MARIO VARGAS LLOSA

Tras el éxito que tuvo la publicación de la novela Pantaleón y las visitadoras en 1973, Mario Vargas Llosa empezó a evaluar la decisión de trasladar la historia del capitán Pantoja al cine. La tarea, claro está, no sería simple, pues la destreza de la novela reside en su aparente falta de narrador y los recursos que emplea: diálogos, locuciones de radio, informes secretos, cartas románticas y demás. El escritor se juntó con el cineasta español José María Gutiérrez para que ambos dirijan la película y lograran enrumbarla hacia un éxito similar al del libro. No sucedió. La adaptación de 1975 no tuvo mayor éxito y alejó por siempre a Vargas Llosa de la dirección cinematográfica.
No fue el caso de la escritura de guiones, sin embargo. Mucho antes del éxito comercial de Netflix La sociedad de la nieve (2023) dirigido por J. A. Bayona, se realizó un documental sobre la tragedia de los deportistas uruguayos, donde Vargas Llosa fue convocado a hacer el guion. La odisea de los Andes (Álvaro J. Covacevich, 1976) fue rodada en el lugar de los hechos y destaca por la crudeza de sus imágenes. Más tarde, el escritor se una a Walter Saxer (colaborador de Werner Herzog en Aguirre: la ira de Dios y Fitzcarraldo) para elaborar el guion de otro documental, esta vez sobre la Colonia Penal Agrícola del Sepa. La miseria y los ecos de dignidad de los reos son narrados por la voz de Vargas Llosa en Sepa: nuestro Señor de los Milagros (1986).

La relación del premio Nobel de Literatura peruano, como vemos, no se limita simplemente a las películas que se hicieron basadas en sus libros, sino que también abarca incursiones como director y guionista. En la historia reciente, se encargó del guion de Tatuajes en la memoria (2024), dirigida por su primo Luis Llosa, una cinta deficiente sobre un joven senderista que se convierte en soldado del ejército peruano para luego ser cura franciscano.
A fines de la década de 1970 aparecía Francisco José Lombardi en el panorama del cine nacional, un director joven y prolífico. Tras varias cintas, premios y reconocimientos internacionales, en 1985 estrenó La ciudad y los perros en el Festival de Cannes. La película contó con el poeta José Watanabe en el guion y el cineasta Gianfranco Annichini como uno de los montajistas. Lombardi logró plasmar en el celuloide aquel espíritu crítico de Vargas Llosa ante la vida marcial, el régimen militar, la alienación y su perspectiva sobre los olvidados, las masculinidades con desarrollos afectados por la violencia y su posterior (des)integración en sociedad.

Otras adaptaciones a destacar de la obra de Mario Vargas Llosa son Los Cachorros (1970) del mexicano Jorge Fons y Tune in Tomorrow (1990) de Jon Amiel con guion de William Boyd y el mismo autor de La Tía Julia y el escribidor, novela de donde se basa la cinta. Esta adaptación cuenta con el rol protagónico de un joven Keanu Reeves que interpretaba al escritor que enamora a su tía. En 1999, Francisco Lombardi volvió a adaptar una novela de Vargas Llosa; en esta ocasión, Pantaleón y las visitadoras. La nueva versión logró acercarse más a las complejidades de la fuente original y resultó en una cinta entretenida, calurosa y dramática, así como representativa de la idiosincrasia nacional. Si bien no es de los esfuerzos más destacados de Lombardi, resulta una obra modesta y amena. Unos años más tarde Luis Llosa adaptaría otra novela de su primo en La fiesta del chivo (2005) con actuaciones de Isabella Rossellini y Tomas Milian.
Lejos de los quehaceres de realización cinematográfica, Vargas Llosa fue invitado a diversos y aclamados festivales internacionales de cine como jurado. Fue presidente del jurado de San Sebastián en 2004 y fue miembro del de Cannes en 1976 (presidido por Tennessee Williams y acompañado por Costa-Gavras y Charlotte Rampling), donde ganó Taxi Driver de Martin Scorsese. Asimismo, conformó el jurado del Festival de Berlín en 1984 (presidido por Liv Ullman, colaboradora de Ingmar Bergman) y el de Venecia en 1994, donde se le intentó censurar y el cineasta italiano Gillo Pontecorvo salió en su defensa. El presidente del jurado de aquella edición fue el mítico David Lynch.

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