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“Titane” (2021): la dimensión íntima del body horror

Actualizado: 20 jun 2023

Esta controversial película, segunda realización de Julia Ducournau, fue ganadora de la Palma de Oro en la edición 2021 del Festival de Cannes. Ya está disponible en streaming. Se incluyen algunos spoilers.


Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / MUBI

"Titane" (2021)
"Titane" (2021)

Mucho se ha escrito sobre lo chocante que es Titane, la más reciente película de la cineasta francesa Julia Ducournau. Por ejemplo, sobre las reacciones de los espectadores, muchos de los cuales, supuestamente, terminaron vomitando en plena sala de cine. Habiéndola visto, me resulta curioso que se haga tanto énfasis en el shock value del filme. Es cierto que Titane cuenta con algunos giros narrativos bastante originales, dependientes del body horror y de la sexualización de lo maquinal, pero la cinta se concentra la mayor parte del tiempo en la relación de dos personas profundamente solitarias, que simplemente están buscando algo de amor para poder enfrentar sus traumas.


Ello podría sonarles algo extraño, considerando que la protagonista de Titane, Alexia (Agathe Rousselle), es una asesina en serie. De hecho, los primeros veinte minutos de la película hacen un buen trabajo estableciendo la actitud y la vida de la chica, quien termina asesinando a un fanático obsesivo suyo luego de besarla sin su consentimiento (entendible, dentro de todo), pero también a dos personas más por ninguna razón aparente (lo que sí es menos entendible). Nos enteramos en el prólogo que, de niña, Alexia se vio involucrada en un accidente automovilístico, y sus padres se vieron obligados a insertarle una placa de titanio en el cráneo para que sobreviva. El filme parece estar diciendo, entonces, que es debido a eso que la Alexia adulta tiene una fijación por el metal, tanto así que termina teniendo sexo con un carro. Ello trae consigo consecuencias inesperadas.


Más que eso no puedo revelar. Lo que sí se puede decir, en todo caso, es que Titane es una de las películas más originales que haya podido ver en mucho tiempo. Es un filme que utiliza la premisa ya mencionada para desarrollar temas relacionados al género, a la masculinidad tóxica y a lo espantosa que puede ser la maternidad. Lo chocante está en la superficie: en la escena de sexo con el carro, en el aceite de motor que Alexia bota de los diferentes orificios de su cuerpo, en los gráficos asesinatos que comete al inicio de la historia. Todo ello se utiliza al servicio de los temas ya mencionados. No solo para provocar una reacción inmediata en el espectador, sino también para hacerlo reflexionar sobre el rol del cuerpo humano en la sociedad, y la forma binaria en que se ha clasificado a nuestra sexualidad.


Consideren el hecho de que Alexia utiliza su cuerpo en su trabajo, bailando sugestivamente, pero con ropa, en un motor show, encima de un carro. Es ahí cuando está frente a otras personas, y a varios fanáticos, para utilizar su sexualidad de manera más “tradicional”, con el objetivo de atraer la mirada tanto de hombres como de mujeres. Cuando la vemos sin ropa, se involucra más bien en situaciones mundanas (ducharse, cambiarse de ropa), pero también en escenas verdaderamente escalofriantes. Titane no es, después de todo, un filme para gente muy sensible: uno termina viendo a Alexia tratando de mutilarse para prevenir un embarazo, arañándose por todas partes, y más. No estamos ante un body horror gratuito, sino ante uno empleado para comprender el desarrollo de la odiosa protagonista

"Titane" (2021)
"Titane" (2021)

Odiosa, por supuesto, porque es una asesina serial, y porque ha cometido actos verdaderamente despreciables a lo largo de su vida. Sin embargo, resulta interesante ver como la directora utiliza este personaje, con el que resulta muy difícil empatizar, para otorgarle algo de humanidad a su historia. La perspectiva sobre lo binario en la sexualidad humana emerge también cuando Alexia se hace pasar por hombre cisgénero, fingiendo ser el hijo de un capitán bombero, Vincent (Vincent Lindon). Es gracias a ese engaño que los dos comienzan a encontrar en el otro a alguien que vale la pena amar. Vincent perdió a su hijo años atrás y lo extraña profundamente. Aunque sabe que Alexia “definitivamente” no es su hijo, no le importa en lo absoluto. Y en Vincent, Alexia por fin encuentra alguien que parece amarla por como es, que está dispuesto incluso a socorrerla durante sus peores momentos.


Ayuda, en todo caso, que Vincent no sepa que Alexia es una asesina en serie. Incluso durante los últimos momentos de la historia, el hombre no hace demasiadas preguntas, y ayuda a Alexia durante una escena de desaforada fantasía sobre lo materno. En los momentos que ellos comparten, la película nos ofrece algunas imágenes potentes, pero menos chocantes que lo que muestra durante sus primeros veinte minutos: los glúteos llenos de moretones de Vincent (es un adicto a los esteroides); el cuerpo desnudo de Alexia, con heridas, raspones y un estómago con movimientos anormales, y hasta la visión que tiene Vincent de un cuerpo en posición fetal en medio de un incendio. Titane es una cinta atmosférica, incómoda, que utiliza dichas imágenes para adentrar al espectador en la mente de sus protagonistas.


La novel Agathe Rousselle, quien interpreta a Alexia, tiene una actuación magnética. Sin tener que hablar mucho, logra desarrollar al personaje como alguien sin mayores motivaciones, que parece estar matando gente simplemente porque “puede”, y que más bien prefiere estar al costado de cualquier objeto maquinal. La joven actriz está claramente dispuesta a hacer lo necesario por construir a este personaje según la visión de Ducournau, burlándose, junto con ella, del male gaze durante los ya mencionados primeros veinte minutos, deshaciéndose de un personaje masculino que está obsesionado con ella. Por su parte, Lindon (el Christopher Meloni francés) es igual de potente como Vincent, mostrándonos a un hombre mayor y con cierta autoridad, que, sin embargo, demuestra mucha vulnerabilidad cuando está solo, volviéndose casi dependiente a la presencia de alguien que no es su hijo, pero que igual podría suplantarlo.


Titane definitivamente no es una película para todo el mundo. Es violenta, cruenta, está llena de imágenes perturbadoras que seguramente se quedarán grabadas en la mente de varios espectadores. Sus protagonistas, además, son particularmente odiosos y crueles, y el alucinante final se siente más agridulce que verdaderamente satisfactorio. Pero, la película igual demuestra que Ducournau es una cineasta con una visión muy específica, que tiene mucho que decir sobre el rol de la sexualidad, y el absurdo de lo binario, en nuestra sociedad. Y todo ello lo dice de manera chocante y sangrienta. En Titane, el cuerpo femenino no es explotado de manera sexual. Es utilizado para contar una historia de alguien que no está contenta con su cuerpo, y que se va transformando en oposición a sus propios deseos, sin tener control de lo que habita dentro de ella. Si eso no es terror puro, entonces no sé qué es.





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