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“One of Us” (2017): la pugna por empezar de nuevo

Actualizado: 11 nov 2022

El documental narra la vida de tres exjudíos jasídicos de Brooklyn, quienes han escapado de su realidad para adentrarse a una totalmente nueva, la nuestra. La dirección estuvo a cargo de Heidi Ewing y Rachel Grady, quienes realizaron hace varios años la notable Jesus Camp.


Por Diego Olivas Arana CRÍTICAS / NETFLIX

Fuente: Libertad Digital


Etty está sola en casa con sus hijos. La policía se ha llevado a su esposo abusivo y la comunidad jasídica en la que ha vivido toda su vida no ha tardado en condenarla al ostracismo. Entrada la noche, ve a través de las persianas cómo los familiares de su esposo merodean por su calle. Se aproximan con martillos, golpean su puerta. Ella lleva a sus hijos al baño —el único lugar sin ventanas, afirma— y desde allí llama al 911 para informarles. Del auricular emerge la voz de una operadora confundida: “entonces, ¿es una disputa familiar?”, pregunta incrédula. “Son familia de mi esposo, sí, pero son hombres adultos queriendo entrar a mi casa, estoy sola con mis hijos. Son peligrosos”. Siguen golpeando la puerta. “Todo el vecindario sabe, pero no hacen nada”, explica Etty. Una ley religiosa ancestral les impide acusar a otro hermano miembro de la comunidad. La llamada finaliza en vilo, sin ayuda aparente. Aquel es un retrato de un día normal desde que decidió alejarse: arrinconada en un rechazo silencioso. Así comienza esta historia.


One of Us (2017) es un documental dirigido por Heidi Ewing y Rachel Grady, que narra la vida de tres exjudíos jasídicos de Brooklyn. El judaísmo jasídico, llamado también ultraortodoxo, es una interpretación muy mística y tradicional de la fe judía que es famoso por su conservadurismo religioso y aislamiento social. El laureado documental, financiado y distribuido por Netflix, no es un caso excepcional en la promisoria filmografía de esta dupla de directoras: en el 2006 dirigieron la notable Jesus Camp, que habla de los estrictos campamentos de verano infantiles de los evangélicos neopentecostales en una ciudad de Dakota del Norte. Otro tema polémico.

Fuente: Forbes México


La primera historia de estos exjudiós ultraortodoxos, la de Etty, es acaso la más aterradora: una chica que fue forzada a casarse a los 19 años con un hombre mayor que abusaba de ella. De esa funesta unión surgieron siete hijos que hoy teme perder para siempre. Después tenemos a Luzer, un padre y esposo que abandonó la vida religiosa para empezar una carrera como actor en Los Ángeles y desde entonces no ha visto a su familia. El último es Ari, un adolescente víctima de un crimen sexual de niño que fue encubierto e ignorado por toda la comunidad y hoy, solo en Nueva York, empieza a descubrir el mundo.


Tres historias desgarradoras marcadas por la necesidad de fuga. Tres personas que están hartas de las injusticias y las limitaciones de su entorno, y han decidido tener una vida normal, a pesar del constante rechazo de sus familiares y amigos, y de las amenazas de represalias por parte de los líderes de su comunidad. Ciertamente, es todo eso, pero el documental no se queda en una descripción de la fatalidad. Etty, Luzer y Ari son también un paradigma de la esperanza. Sobrevivientes que han sacrificado todo para poder tener una vida normal. Es un mensaje hermoso, mas no sencillo: adaptarse al mundo secular deviene también en el odio y abandono de tus familiares y amigos. Adentrarse al “mundo real” en completa soledad.


El título, traducido como “Uno de nosotros” (One of Us, 2017), esconde un doble significado: mientras se viva bajo el yugo ultraconservador de la comunidad jasídica serás “Uno de nosotros”. Las tres personas presentadas viven así: han buscado su libertad, pero a cambio de ella han grabado la condición de excluido —el “no ser parte de”— como elemento perpetuo de su identidad. A donde quiera que vayan, siempre serán ex jasídicos. A la vez, el título nos invita reflexionar sobre nuestro privilegio al vivir en un mundo secular: adaptarse a ser libre de tomar tus propias decisiones, en otras palabras, ser parte de la modernidad, implica muchísimos problemas que quizá nunca percibimos o no consideramos como tal, pero al final del día, es un sacrificio grande para muchos. Algo que debemos valorar.

Fuente: TV Spoiler Alert


Un documental valiente y necesario. Sin embargo, no es imparcial. Quizá eso podría ser disonante. Hubiera sido interesante y enriquecedor ver ambos rostros del drama, pero la ausencia es comprensible: los jasídicos, críticos a ultranza de la vida secular y sospechosos de la tecnología —el joven Ari narra su descubrimiento de Internet y especialmente de Wikipedia, al que llama “un regalo de Dios”—, jamás aceptarían ser entrevistados con cámaras, celulares o grabadoras de voz. Por otro lado, es casi imposible no tomar una posición al enterarse de esta realidad. La comunidad jasídica de Nueva York, protagonistas indirectos de este controversial testimonio, es una sociedad que ignora la ciencia y los valores modernos, promueve la homofobia y la separación por géneros, apartando a la mujer de la educación y prohibiéndole a los niños acceder al Internet o frecuentar bibliotecas públicas. No se requiere profundizar demasiado para concluir que merecen la crítica.


El reciente estreno en Netflix de la miniserie Poco ortodoxa (Unorthodox, 2020), la crónica de una joven judía jasídica que huye de su matrimonio y de su comunidad para iniciar una nueva vida en Alemania, ha despertado nuevo interés por este poderoso documental. One of Us describe con brío y acierto una de las comunidades más extrañas y retrógradas de la actualidad, cuya mayor población se concentra en un barrio de Brooklyn, Nueva York, es decir, en una de las ciudades más diversas y pluriculturales del mundo. Una realidad curiosa y no exenta de ironía, y al mismo tiempo, lamentable y vigente.






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