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“Santos - Skin to Skin” (2022): el sonido de la pasión

Actualizado: 19 jun 2023

El largometraje de Kathryn Golden ofrece una mirada a John Santos, instrumentista y cantante entregado a la difusión de la música y cultura afrocaribeña en los Estados Unidos.


Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / VIDEO ON DEMAND

“Santos - Skin to Skin” (2022). Fuente: Netflix Movies
“Santos - Skin to Skin” (2022). Fuente: Netflix Movies

Da gusto ver documentales como Santos - Skin to Skin (2022), filmes centrados en figuras que quizás no gozan de fama mundial, pero que son artistas muy importantes dentro de su género y comunidad. Ese es el caso, de hecho, de John Santos, una leyenda en San Francisco y otras ciudades americanas, dedicada a mantener viva la música afrocaribeña, con todas sus influencias en el jazz, merengue, y muchos otros géneros. Lo que hace el documental es seguir a Santos en su día a día, mostrando al espectador lo mucho que hace por difundir la cultura afrocaribeña, e introduciéndose de lleno en su arte.


Ahora bien, en lo que se refiere a forma, Santos - Skin to Skin no es el documental más atractivo o novedoso del mundo. Sin embargo, el producto final funciona. Lo que hace el filme es mezclar conciertos de Santos y su sexteto en lugares tan diversos como festivales, centros comunitarios, y hasta las calles de Puerto Rico, con entrevistas a músicos cercanos a ellos, y por supuesto, a la mismísima figura central. Este estilo de documental, que depende mucho de talking heads, quizás no sea el más dinámico del mundo, pero en este caso en particular, sirve para enfatizar la importancia de Santos en el mundo de la música afrocaribeña, y demostrar el impacto que ha tenido en muchas personas.


Después de todo, vemos a otros intérpretes hablando sobre cómo Santos fue el único en creer en ellos. O apreciamos también a su esposa contar la historia de la manera en que se conocieron, o la forma en que perdieron al primer bebé que trataron de tener. Ese último evento, por ejemplo, por más de que haya sido una tragedia, es utilizado para demostrar el tipo de persona que Santos es: alguien que considera al nacimiento y a la muerte como eventos muy cercanos y parecidos. Dicha muerte es más bien comprendida como algo que debe ser recordado, hasta celebrado, en presencia de sus hijos ya grandes.


Ese vínculo de la celebración de la vida y de la cultura con el trabajo de Santos como músico da forma a un retrato sumamente atractivo. Resulta fascinante, por ejemplo, verlo empaquetando CDs hacia el final de la película, o hablando sobre cómo no tienen presupuesto para marketing, razón por la que tienen que hacerlo todo ellos mismos. Idealmente, tendría más gente y más dinero para difundir su música, pero al carecer de todo aquello, prefiere componer, tocar y grabar, consciente que su arte y su música son más importantes que cualquier otra cosa. Es una representación bastante verosímil y apasionada del artista: alguien que tiene que crear sí o sí, sin importar lo que le digan los demás.

“Santos - Skin to Skin” (2022). Fuente: Netflix Movies
“Santos - Skin to Skin” (2022). Fuente: Netflix Movies

Esto se ve, también, en los diferentes lugares en los que aparece Santos y su familia. La película comienza en San Francisco, pero también lo vemos apoyando derechos de vivienda, viajando a Puerto Rico, y participando de un festival musical en Washington, celebrando la importancia de la música, y su rol en la felicidad de las personas. Lo que Santos - Skin to Skin hace mejor es desarrollar a su figura protagónica como un verdadero músico, alguien que se toma las cosas personalmente, y que quiere difundir su cultura y educar a la gente. Es interesante verlo hablar sobre las raíces de la música afrocaribeña, por ejemplo, y sobre cómo está ligada a varios otros géneros y culturas latinoamericanas. En cierto momento, menciona la esclavitud y cómo ésta fue la fuente de origen de buena parte de la música afrocaribeña.


El documental también se toma el tiempo de mostrarnos varias canciones en vivo enteras. En esas secuencias se aprecia la pasión musical de Santos en acción, tocando instrumentos de percusión con su sexteto, y disfrutando de varios temas muy conocidos -y otros no tanto-. Estas secuencias son grabadas de manera tradicional, casi como cobertura, y aunque podrían haber sido dirigidas de manera un poco más estilizada, no se puede decir que carezcan de potencia. De hecho, me animaría a decir que la música en sí se encarga de otorgar mucha energía y vida al filme, especialmente luego de que uno entiende qué tipo de persona es John Santos.


Santos - Skin to Skin no es el documental más vistoso que puedan ver. Es corto (no dura más de 85 minutos), y está dirigido de manera sencilla y directa. Sin embargo, se ve beneficiado por el carisma y la pasión de su personaje central, un hombre que le ha dedicado su vida a la música y a la difusión de la cultura afrocaribeña y puertorriqueña. De esa forma, se torna en una experiencia energética y agradable, que seguramente será capaz de enseñarle algo nuevo a aquellos que no sepan nada sobre John Santos y su música, o de encantar a los fanáticos de dicho artista. Al menos, estoy seguro de que terminarán la película con ganas de escuchar más canciones suyas.






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