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“The Garden Left Behind” (2019): un grito por la aceptación

Actualizado: 10 nov 2022

El director Flavio Alves nos presenta una historia de inmigrantes sin documentación, protagonizada por un personaje trans.


Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / SCREENER

Fuente: IMDb


El objetivo de incluir una mayor variedad de voces y perspectivas en el mundo del cine está intrínsecamente relacionado a la variedad de productos que el público podría terminar consumiendo. Si las mismas personas —de backgrounds similares, con perspectivas muy parecidas— siguen siendo las únicas en producir, escribir y/o dirigir películas, pues no debería sorprender el que la mayoría terminen pareciéndose mucho entre ellas. La inclusividad no está siendo implementada de manera gratuita; se trata, más bien, de algo que beneficiará a la variedad de historias que finalmente se podrán ver en la pantalla grande… o en las pantallas de nuestros smartphones, laptops y televisores.

Consideren, si no, una película como The Garden Left Behind (2019). Es cierto que en los últimos diez o veinte años, las historias protagonizadas por personajes de la comunidad LGBT se han ido haciendo más populares y comerciales, pero también vale la pena mencionar que por un buen tiempo, han sido consideradas como un nicho de mercado —el tipo de filme que sería consumido por un sector muy reducido de espectadores, muchos de los cuales ni los ayudarían a llenar las salas de cine. Y por supuesto, años atrás, este tipo de historias ni siquiera serían contadas, y mucho menos desde la perspectiva de directores, guionistas o actores pertenecientes a la comunidad.

Poco a poco la situación está cambiando, felizmente. Y por más de que no se traten de productos perfectos, películas como The Garden Left Behind ciertamente están ayudando a cambiar el status quo y, nuevamente, a contar historias desde perspectivas frescas. Después de todo, lo que tenemos acá es la historia de un personaje trans interpretado por una actriz trans, narrada desde una perspectiva de inmigrante en los Estados Unidos. Se trata de una minoría que muy pocas veces es considerada en el cine occidental —y mucho menos en películas comerciales—, pero que poco a poco está siendo apoyada y representada con más frecuencia. Clichés y errores técnicos aparte, The Garden Left Behind definitivamente es un ejemplo de representación bien hecha.

Fuente: IMDb


La película cuenta la historia de Tina (Carlie Guevara), una mujer trans mexicana que vive con su abuela en la ciudad de Nueva York, y que trabaja como taxista en las noches, ahorrando dinero para poder pagar su cirugía de cambio de sexo. Es algo que sabe que necesita hacer, por más que no pueda conversarlo de manera franca con su único familiar vivo, y que, sin embargo, parece ser casi imposible. Después de todo, tiene que ir a diversas sesiones con un psiquiatra que parece no entenderla, y pasar por diferentes pruebas que no hacen más que frustrarla. Más que una película narrativamente tradicional, con una estructura clásica de tres actos y con un antagonista claro, The Garden Left Behind apuesta por un estilo más parecido a un slice of life…. al menos hasta los últimos treinta minutos de metraje.

El espectador es testigo de la vida de Tina, de sus conversaciones y sus experiencias y sus demonios internos. Pero a la vez, y en paralelo, también sigue la historia de Chris (Anthony Abdo), un joven que trabaja en una bodega y que atiende a Tina de vez en cuando, prácticamente incapaz de hablarle o de interactuar de manera normal. Él representa la masculinidad tóxica y la batalla entre lo tradicional y lo liberal en la película; claramente se siente atraído por nuestra protagonista (la busca en Instagram, y se toca en la ducha mientras piensa en ella), pero a la vez, anda por las calles con un grupo de amigos tradicionalmente masculinos y agresivos, quienes, en determinado momento, incluso se burlan de Tina cuando la ven caminando de la mano con un hombre.

El director Flavio Alves hace un buen trabajo a la hora de plantar ciertas semillas de conflicto a lo largo de la película, por más de que uno tenga una sensación constante de que no hay mucho conflicto que digamos. Las burlas de los amigos de Chris, los problemas con los exámenes de Tina, su incapacidad para conversar francamente con su abuela, y por supuesto, las escenas de Chris pensando en Tina. Todo culmina en un clímax desgarrador y violento, que llega repentinamente y sin sentirse manipulador en lo absoluto. De hecho, el contraste entre estos hechos y una marcha a la que asisten las amigas de Tina —como respuesta al reciente asesinato de una chica trans en la ciudad— ayudan a transmitir los temas principales de la cinta de manera clara y concisa.

Fuente: IMDb


De hecho, es ahí donde radica la mayor fortaleza de The Garden Left Behind: Alves sabe qué temas quiere transmitir, y lo hace de manera eficiente y orgánica. Sin embargo, donde la película sufre es en las actuaciones. El trabajo de Guevara como Tina, por ejemplo, es algo irregular; en algunas escenas, es carismática y natural, mientras que, en otras, parece que estuviese leyendo sus líneas de diálogo de un cartel fuera de cámaras. Y aunque definitivamente agradezco el hecho de que una actriz trans interprete a un personaje trans (esto debería ser la regla, más que la excepción), no pude dejar de notar que ni ella ni la actriz que interpreta a la abuela, tienen acentos mexicanos… por más que sus personajes tengan dicha nacionalidad. Curiosamente, quien da la mejor actuación de la película es Michael Madsen, un actor experimentado pero que tiende a aparecer en proyectos de dudosa calidad (cuando no está trabajando para su amigo Quentin Tarantino, por supuesto).

La propuesta audiovisual de The Garden Left Behind es limpia y directa. Alves no abusa de las cámaras en mano ni de los movimientos repentinos, y sin embargo es capaz de hacernos ver la historia desde la perspectiva de Tina; fuera de las escenas con Chris, vemos todo desde tu punto de vista, lo cual ayuda a que nos pongamos en sus zapatos y entendamos sus frustraciones y preocupaciones. Por otro lado, las locaciones están bien aprovechadas —se nota que pudieron grabar en Nueva York, a diferencia de otros filmes independientes— y ciertas interacciones entre Tina y su abuela, por más que no son 100% mexicanas, se sienten honestas y son presentadas desde una perspectiva inconfundiblemente latinoamericana.

The Garden Left Behind es una película que debería resonar en mucha gente hoy en día: es una historia sobre inmigrantes sin documentación, que deben sobrevivir mientras piensan en sus preocupaciones personales. Pero también es una historia sobre masculinidad tóxica, discriminación, y los problemas que muchas mujeres trans tienen que combatir, así como el peligro que corren viviendo en una sociedad que no llega a comprenderlas del todo. Por más que tenga algunos defectos considerables —especialmente en lo que se refiere a las actuaciones principales—, The Garden Left Behind se siente lo suficientemente honesta y termina siendo lo suficientemente potente —especialmente hacia el final— como para funcionar a nivel narrativo y emotivo. No me sorprende que haya ganado el Premio del Público en el Festival South by Southwest del 2019; de hecho, eso debería demostrar que este tipo de historias, contrario a lo que muchos piensan, no deberían tener problemas a la hora de encontrar un público.










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