"The Villagers" (2018): secretos develados
- Sebastián Zavala Kahn
- hace 19 minutos
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Ante la indiferencia de un pueblo por la desaparición de una chica, su profesor hará lo posible para encontrarla en esta película surcoreana dirigida por Im Jin-Sun.
Por Sebastián Zavala CRÍTICA / VIDEO ON DEMAND

Puede que algunos conozcan a Don Lee debido a su rol en Los Eternals, de Marvel. Pero también es seguro que varios otros lo recordarán de sus múltiples películas coreanas, especialmente sus thrillers de acción brutal, en donde generalmente interpreta a un héroe (policía, detective, etc.) imparable; una suerte de mole ineludible. Por algo uno de sus personajes más famosos, el protagonista de las películas de The Roundup (Fuerza Bruta), es llamado “El Policía Monstruo”. La mayor parte de fanáticos disfruta de las películas de Lee porque lo ven acabar con toda suerte de enemigos y matones, como una piedra inamovible e indestructible.
The Villagers, sin embargo, es un poco distinta. Sí, la película cuenta con algo de acción, pero es un poco más sutil, y la mayoría de los momentos de violencia llegan hacia el final, como si la historia subiese estado guardando lo mejor para el clímax narrativo. Y sí, Don Lee sigue siendo prácticamente invencible (incluso cuando lo golpean en la cabeza con bates de béisbol o adornos de mármol). Pero The Villagers es más un thriller de misterio que un filme de acción pura, centrándose en la develación de un oscuro secreto que esconde un pueblo coreano aparentemente tranquilo, en donde buena parte de sus habitantes prefieren vivir sin causar problemas.

Lamentablemente, el Yeok Gi-cheol de Don Lee vive para causar problemas. Acaba de ser despedido de su último trabajo como entrenador de boxeo, así que decide mudarse al ya mencionado pueblo para convertirse en profesor de colegio. Sus tareas incluyen no solamente dictar las clases de educación física, sino también cobrarles a los estudiantes que le deben plata a la escuela. Es haciendo esto último, de hecho, que se entera de que la necia Kang Yoo-jin (Kim Sae-ron) está buscando a su mejor amiga, quien ha desaparecido hace días. Desgraciadamente, a nadie parece importarle, ni a sus amigas, ni a sus profesores.
Lo cual motiva a Gi-cheol, por supuesto, a investigar por su cuenta. Resulta que el pueblo es controlado por una mafia liderada por el gobernador Kim (Jan Gwang), quien además está en campaña para ser reelegido. A través de diferentes secuaces, maneja negocios de bares y trata de mujeres, aprovechándose de las jóvenes para meterlas en el negocio de la prostitución. Es mientras Gi-cheol descubre esto que el filme va develando gradualmente lo que le pasó a la amiga de Yoo-jin, y lo grande que es la conspiración que maneja el pueblo. No solo están los políticos inmiscuidos en eso, sino también la policía, y hasta ciertos profesores. Pero como ni Gi-cheol ni Yoo-jin son de rendirse, algo harán para traer a esta gente a la justicia, y quizás encontrar a la chica desaparecida.

El contexto en el que se lleva a cabo The Villagers funciona mejor como una alegoría que como algo más concreto o verosímil. Después de todo, el filme le pide al espectador que suspenda bastante su incredulidad, mostrando a un pueblo en el que a ningún adulto le parece importar la desaparición de una menor de edad, y donde todos prefieren vivir sin decir o hacer nada respecto a la mafia que los gobierna. Algo así puede suceder en el mundo real, de todas maneras, pero no al grado que vemos en The Villagers. De hecho, el inicio de la película se siente frustrante precisamente por lo agresivos que son todos hacia Gi-cheol, incluso las niñas con las que se ve obligado a trabajar en la escuela.
Es por esto último, de hecho, que el espectador podría sospechar que algo extraño está pasando en el pueblo; incluso algo sobrenatural, que obliga a todos a antagonizar al personaje de Lee. Pero no. Simplemente son gente normal (aunque algo antipática) que vive bajo un régimen siniestro, y que asumimos se rehúsa a actuar para no perder la vida. En todo caso, mientras la cinta va avanzando, dichas reacciones se van sintiendo más justificadas, especialmente cuando ciertos personajes comienzan a morir. En términos generales, The Villagers hace un buen trabajo mostrando cómo la política puede corromper a cientos de personas, con sus representantes utilizando su poder para manipular y abusar de la gente común y corriente.

Es un mensaje loable y más relevante que nunca, que sin embargo se transmite a través de un thriller que nunca llega a desarrollar demasiada tensión. El misterio no es muy misterioso que digamos, y como la acción recién llega al final, la película termina estando compuesta principalmente por secuencias de conversación e investigación, así como llamadas y momentos en los que Gi-cheol se frustra con los demás, que no son particularmente emocionantes. The Villagers no me aburrió, pero en comparación a otras producciones con Don Lee de protagonista, se siente curiosamente carente de energía.
Felizmente, y como era de esperarse, Lee no decepciona. El macizo actor interpreta a Gi-cheol como un oso de peluche gigante; fuerte, sí, pero sorprendentemente naif y por momentos hasta un poco tímido. Sus interacciones con la Kang Yoo-jin de Kim Sae-ron son de lo mejor que la película tiene para ofrecer, dejando en claro que el producto final quizás hubiese sido mejor si se hubiese desarrollado como un buddy-cop más tradicional. Y bueno, una vez que Lee es desatado y se le permite pelear, nos entrega momentos de violencia realista bastante satisfactorios donde, nuevamente, su personaje se percibe como una mole indestructible. Ciertamente no me quiero ni imaginar cómo se siente un puñetazo en el estómago propinado por un Lee furioso.

The Villagers es un thriller de misterio correcto, cumplidor. La narrativa se desarrolla de forma algo pausada, obligando a sus personajes centrales a actuar por momentos de forma sorprendentemente pasiva, abrumados por el poder con el que cuenta la gente que se dedica a manipular y abusar de los pobladores del título. Felizmente tanto Lee como Sae-ron Kim dan muy buenas actuaciones, permitiéndole al espectador empatizar con ellos y, más importante, sentir tensión (por fin) durante el clímax de la historia. The Villagers no es la mejor película de Don Lee que haya visto, ni una gran representación de su carisma o talentos físicos, pero sus fanáticos igual la pasarán bien con este filme de moderadas ambiciones.